Para algunos sectores el endurecimiento de las penas a los menores que delinquen no va a reducir los niveles de criminalidad. Eso es objeto de discusión y en parte podrían tener cierta razón.
Sin embargo, algo sí es cierto: se hará más justicia. Si un delincuente de 15 años (muchos de los cuales tienen un rosario de muertes), en sus fechorías, asesina a un ciudadano, en vez de salir de prisión en tres años, podría cumplir 10.
Si este caco tuviera 16 años, podría ser sentenciado hasta a 15 años de prisión. Los familiares de las víctimas y la sociedad se sentirán más satisfechos con la pena mayor.