Deben esclarecerse

Los gobiernos de Haití y República Dominicana deben comprometerse en esclarecer, con prioridad y propiedad, lo ocurrido en un lugar de…

Los gobiernos de Haití y República Dominicana deben comprometerse en esclarecer, con prioridad y propiedad, lo ocurrido en un lugar de la frontera común, entre el pasado 12 y el 15 de este mes, en el que habrían fallecido  varias personas.

El esclarecimiento de los hechos es necesario por múltiples razones. Compartimos una frontera y los incidentes entre pobladores de esa franja, en el mundo entero, suelen ser comunes. Generalmente se trata de altercados entre vecinos, de uno u otro lado.

Esta vez el elemento perturbador es la bruma que no ha permitido saber qué realmente pasó. Y peor aún, sin conocerse con la debida propiedad lo ocurrido, inquieta que el secretario general de la OEA exprese “preocupación” por los hechos.

Las primeras noticias hablaban de un incidente en la parte norte de la frontera. Luego en la región central y luego en la zona sur.  Asimismo, en un escenario se hablaba de la muerte de cuatro haitianos y un dominicano, luego de dos haitianos y dos dominicanos y, finalmente, según un cable de Xinhua, la agencia de noticias de China, de sólo dos víctimas, una haitiana y una dominicana. Esta información se originó en Puerto Príncipe, y refiere que Haití pidió a su embajador en República Dominicana un informe sobre los incidentes. Según ese cable, el ministro de Asuntos Exteriores, Laurent Lamothe, situaba los sucesos en Cornillon, al este de Puerto Príncipe. Es obvio que hay un mar de confusiones. Pero la OEA se precipitó a emitir una declaración.

Los haitianos y los dominicanos han resuelto sus diferencias históricas y sólo están en la mesa de negociaciones asuntos bilaterales propios de estos tiempos. Es una realidad que los dominicanos la reconocen cuando en el reglamento de Migración se refieren al “habitante fronterizo”, el extranjero residente en el área de la República de Haití limítrofe al territorio dominicano, para el cual existe un régimen especial.

Habitantes de los dos lados tienen sus intercambios y sus vínculos y conviven en paz. Quizás las preocupaciones de la OEA sean excesivas, pero los hechos deben ser esclarecidos.

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