Pekín (dpa) – China no quiere dejarse robar el protagonismo en las celebraciones de fin de año por metrópolis como Nueva York, Londres o Berlín y está preparando su propia cuenta atrás para recibir 2012 con un gran espectáculo tecnológico.
El histórico Templo del Cielo brillará en color «rosa en el firmamento nocturno», informó hoy la edición online del «Diario del Pueblo». Para Pekín, será el mayor acto de marketing desde los Juegos Olímpicos de 2008, afirma el rotativo, que promete un espectáculo típico del país.
El evento contará con los efectos multimedia más modernos y una trabajada coreografía, pero será a puerta cerrada. Sólo unos 3.000 invitados elegidos cuidadosamente, entre ellos algunos extranjeros, podrán disfrutar del espectáculo.
Sin embargo, se podrá seguir por la televisión y por Internet. Los responsables de turismo son conscientes de que los famosos espectáculos en Nueva York y otras metrópolis mundiales no son sólo populares rituales, sino que se han convertidos en acciones de marketing para publicitar las ciudades. Se trata de posicionar a Pekín como una «ciudad del mundo», añade el diario.
El templo redondo, que servía en los tiempos de los emperadores para pedir a los dioses una buena cosecha, se convertirá para la ocasión en una especie de pantalla gigante con un sistema láser 3D. Quince minutos antes de media noche se proyectará una película publicitaria sobre Pekín de diez minutos sobre la superficie curva. Unos 960 estudiantes chinos pedalearán a fin de generar la energía necesaria para la proyección y mostrar así la tendencia ecológica de Pekín.
No habrá fuegos artificiales, porque «no sería bueno para el medio ambiente», cita el «Diario del Pueblo» a Sun Weijia, vicepresidente de la comisión pequinesa para el desarrollo turístico. En lugar de eso, tras la cuenta atrás de diez segundos para recibir el 2012 brillará en los muros del templo un «Feliz año Nuevo».
El parque del Templo del Cielo ya estaba esta mañana cerrado al público. Las autoridades comunistas no quisieron autorizar una gran fiesta a cielo abierto, como ocurre en la Times Square neoyorquina o en la berlinesa Puerta de Brandeburgo, tampoco en la plaza de la Paz Celestial en el centro de la ciudad, donde tuvieron lugar las famosas protestas estudiantiles de 1989 que acabaron en baño de sangre.
