Animales maltratados

En una acción ejecutada a diario sin los más mínimos controles ni regulaciones de las autoridades del país, ya sea de Salud…

En una acción ejecutada a diario sin los más mínimos controles ni regulaciones de las autoridades del país, ya sea de Salud Pública, de Sanidad Animal o del Ayuntamiento del Distrito Nacional, en el Mercado Nuevo de la avenida Duarte se desarrolla el negocio de alquiler de caballos con carretas para la comercialización de productos agrícolas.

Aunque se trata de una costumbre que data de muchos años, el desarrollo urbano, combinado con la pérdida de sensibilidad social, hacen que cada vez sean mayores los maltratos que reciben esos animales cuando son explotados por sus arrendatarios para el comercio.

Y es que como dice una frase popular: “El ojo del amo engorda al caballo”. En los casos de estos animales, la figura del amo no existe, sólo un dueño cuya única preocupación es cobrar una cuota diaria a cambio de permitir que ciudadanos dominicanos y otros haitianos los pongan a tirar de una carreta cargada de alimentos. Los que alquilan estos animales tampoco son amos y por tanto no se preocupan por alimentarlos ni cuidarlos. Total, sólo les cuesta el pago de la cuota diaria por su explotación.

Es común observar en las calles de los barrios de la ciudad a estos animales desmayarse del cansancio, el hambre y el dolor causado por las llagas y el peso de la mercancía encima de las carretas que llevan a cuestas. Sólo cuando eso ocurre, el carretero, si tiene un mínimo de misericordia, busca una cubeta con agua para darle de beber y algunas hojas para alimentarlo. Si es un inconsciente, sólo se ocupa de ubicar un látigo para golpear al animal y obligarlo a levantarse. Todo esto ante la mirada indiferente de las autoridades y de la propia ciudadanía en general.

Es posible que dada la multiplicidad de problemas que enfrentamos diariamente los ciudadanos de este país, no dedicamos tiempo a atender la situación de los animales maltratados, especialmente los caballos del mercado. Pero es momento de prestarle atención a esta penosa situación.

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