“Había mujeres que temían opinar delante de los maridos”

La mayor satisfacción de la directora ejecutiva de Mujeres en Desarrollo Dominicana (Mude), Rosa Rita Álvarez, es haber inculcado en…

La mayor satisfacción de la directora ejecutiva de Mujeres en Desarrollo Dominicana (Mude), Rosa Rita Álvarez, es haber inculcado en la mujer campesina la idea de que la superación se logra sobre la base del trabajo continuo y disciplinado; sin prejuicios y separada de la vieja concepción de mujer consagrada solo al cuidado de esposos e hijos. “Hemos podido ver sus frutos”, expresa Álvarez a elCaribe.

¿Cuál es la misión de Mude?
Trabajamos con mujeres muy pobres, de zonas rurales, mujeres que tienen muchas carencias. Tenemos 32 años trabajando a favor del desarrollo de la mujer. Tenemos la satisfacción de irlas a acompañar, para que vayan creciendo, y hemos podido ver sus frutos, cosa que nos alegra muchísimo. Había mujeres que tenían mucho temor a abrir la boca delante de extraños. Temor de opinar delante de los maridos. Se sentían muy inseguras, por el rol que les ha tocado vivir por esta cultura patriarcal que tenemos, pues habían aprendido a tener solo un desempeño social vinculado a lo que es el hogar. Vinculado a los quehaceres domésticos, a la atención y salud de los niños.

¿Qué ha cambiado de esa realidad?
Poco a poco, las mujeres han visto que es un derecho que les asiste, pero además que es, diríamos, retroalimentador, el formar parte de programas o participar en actividades ligadas a la parte micro empresarial, agrícola y pecuaria. Es decir, a la parte económica, que entienden que deben de participar en el desarrollo económico de sus comunidades, y que eso también las beneficia, al ellas poder tener ingresos propios. Ingresos que les permiten no tener que, para cualquier cosa, pedir dinero. Les daba una sensación muy desagradable tener que pedir dinero para absolutamente todo.

¿Podría contar alguna experiencia?
Me llamó mucho la atención una señora que decía que, con el fruto del negocito, se sentía muy tranquila, porque no tenía que pedirle dinero al marido para comprar el jabón de lavarle su ropa. Para ella, eso era un estrés muy grande. Entonces, ella decía: “ya yo me siento más libre. Ya no tengo que pedirle dinero ni siquiera para eso”. Es, simplemente, una anécdota, pero así como esa hay miles de mujeres que tienen unos testimonios que son realmente hermosísimos.

¿Y qué significa esto para ustedes?
Verlas involucradas en la parte económica y social, es haber visto el resultado del esfuerzo de un trabajo concreto que se ha realizado, en donde ellas tienen que vincularse en nuestros programas de una manera muy activa y participativa. Nuestra concepción de desarrollo, es que no somos quienes debemos llevarles las cosas. Es que ellas tienen que ir aprendiendo cómo involucrarse; cómo determinar qué es lo que necesitan; lo que quieren; a qué nivel se encuentran de desarrollo; cuáles serían los pasos siguientes; cómo ellas lo harían; de qué manera lo harían. Por eso es la visión de género.

¿Qué ha logrado esta filosofía?
Pues, resulta que una gran cantidad de mujeres tienen sus microempresas justo al lado de sus viviendas. Eso quiere decir que ellas tienen su rol en el hogar y al mismo tiempo están atendiendo el negocio.

Eso, por supuesto, implica que cuando hay que hacer un trabajo con ellas, hay que tomar en cuenta el período que utilizan para otras cosas, porque de lo contrario no van a estar pendientes a lo que puedan aprender para mejorar sus negocios. Entonces, hay que tratar de ver cuál es la realidad que tienen las mujeres, para desarrollar las acciones concretas que la vayan ayudando a que puedan tener ese nivel de igualdad con el hombre.

¿Cómo pueden ayudar los hombres?
Es importante que los hombres entiendan que también deben tener una mayor responsabilidad en el hogar, en la crianza y educación de los hijos; quehaceres que quitan tiempo a las mujeres, pero que hay que hacerlos.

En la medida en que se comparte este tipo de trabajo entre mujeres y hombres, en esa misma medida ellas van a disponer de más tiempo para dedicarlo a otros tipos de cosas.

¿Hasta dónde llega el apoyo que Mude ofrece a la mujer del campo?
En el caso de los programas económicos, le damos crédito y capacitación vinculada a la gerencia, para enseñarlas a manejar el negocio; a llevar una contabilidad básica; a cómo exponer sus productos y venderlos; a cómo cobrar.

Todas estas cosas pareciera que ellas no necesitan aprenderlas. Pero con las carencias que tienen las mujeres en las áreas rurales, esas informaciones no les llegan.

Resultados
Verlas a ellas involucradas en la parte económica y social, es haber visto el resultado del esfuerzo de un trabajo concreto que se ha realizado”.

Sugerencia
Es importante que los hombres entiendan que también deben tener mayor  responsabilidad en el hogar; en la crianza  y educación de los hijos”.

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