La medicina prehospitalaria trata de una importante estrategia que se ensambla en toda una estructura, la cual es capaz de reaccionar y actuar de forma organizada en el momento de atender a los ciudadanos cuando éstos necesitan atención inmediata fuera de los centros de salud.
La medicina prehospitalaria y la medicina de emergencia actúan en cascada ante situaciones en que está en juego la supervivencia como son los accidentes de tráficos, la emergencias laborales y domiciliarias.
Ante las emergencias, la rápida intervención se convierte en vital para que cualquier ciudadano pueda ser socorrido, atendido y trasladado adecuadamente en lo cual el tiempo es oro, ya que la cadena de supervivencia demanda de una respuesta inmediata.
Es increíble ver cómo funciona en países desarrollados la medicina prehospitalaria, representada por los equipos de paramédicos y un sistema de transporte terrestre con ambulancias o aéreos con helicópteros, y dotados de un sistema de comunicación en redes.
Sin embargo, es lamentable que estando en el siglo XXI en la República Dominicana no exista este sistema tan relevante e importante para la cadena de la atención medica. La excepción son algunas empresas privadas que prestan con visión empresarial este servicio.
Esta situación es tan precaria en el país, que la formación de paramédicos está ausente. No se conocen programas de entrenamiento sistemático y con un mercado laboral de respuesta.
No tiene sentido dotarnos de ambulancias, que si no están operadas por personal entrenado para intervenir en el lugar del hecho, se convierten en carrozas fúnebres.
La medicina prehospitalaria debería estar en la agenda del Ministerio de Salud, pero es lamentable que esto no ha despertado interés para hacer posible que esta magnífica y elemental estrategia pueda desarrollarse y se puedan salvar muchas vidas.
