La Pinky y la vida maravillosa de Nuryn Sanlley

Gente agradecida de una labor social desinteresada, familiares apenados y personalidades del arte y el espectáculo, lloraban juntos ayer la…

Gente agradecida de una labor social desinteresada, familiares apenados y personalidades del arte y el espectáculo, lloraban juntos ayer la muerte de Nuryn Sanlley, quien falleció la noche de este lunes. Murió a causa de un cáncer cerebral que se le había extirpado luego de que se sometió a una cirugía en septiembre del año pasado, y desde hace varias semanas su salud se había quebrantado significativamente, ya que al tumor solo se le había eliminado una parte debido a que los médicos no pudieron eliminarlo por completo sin que esto le produjera lesiones cerebrales.

Los restos de Nuryn fueron expuestos ayer martes en la capilla E de la funeraria Blandino, de la avenida Abraham Lincoln, y serán sepultados hoy a las 11:00 de la mañana en el cementerio Puerta del Cielo de Santo Domingo.

La veterana productora de espectáculos para niños murió a los 59 años, dejando en la orfandad a tres hijos: Yelitza, Catherine y Edgar Peña Sanlley. Cuando Nuryn se enfermó se preparaba para celebrar sus 35 años de carrera, con la producción de un espectáculo en el que daría vida de nuevo a “La Pinky”, sin lugar a duda, el personaje que la inmortalizó y con el cual se ganó el aplauso de los niños. En adición a ese montaje, Sanlley había asumido un rol estelar en la obra Hansel y Gretel.

Sanlley era una artista en cuerpo y arma que deja como legado el haber confiado en la niñez como público, sector en el que ganó admiración y cariño.

Una trayectoria única

Así se describía: “Espontánea, auténtica, organizada, humilde, perfeccionista en mi trabajo, amante de las artes, amiga de quien desea mi amistad. Sincera, amo la juventud, los bonches sanos, la gente sincera y entusiasta. Detesto la hipocresía, la mentira y la prepotencia, y no aguanto estar con gente que pelea. Cada día plasmo una nueva sonrisa al arribar a un nuevo amanecer”.

Unas líneas que definían muy bien la personalidad de Nuryn Sanlley, dejadas en su página de Facebook. Palabras esas que, como decía ayer José Antonio Rodríguez, engrandecen aún más los aportes de esta talentosa actriz, productora, vendedora, locutora, presentadora de TV, cantante eventualmente, y mucho más. Porque durante esos 35 años de carrera artística que se preparaba para celebrarlos en grande, en Dominicana hay que hacer un poco de todo.

Polifacética como pocas de su clase, de Sanlley pocos recuerdan que como cantante grabó a mediados de 1981 un disco sencillo con los temas “Nunca será igual”, de Christopher Cross con traducción suya y “If You Could Read My Mind”. Una faceta efímera, en la que su primera canción grabada profesionalmente ganó notoriedad en la radio nacional, sin embargo, no lo suficiente como para que ella asumiera con más formalidad ese arte.

Es en el teatro que su figura logra la mayor trascendencia. Debuta en el 1978 de la mano del dramaturgo y director Franklyn Domínguez en la obra Lisístrata odia la política, trabajo por el cual recibió el premio El Dorado como Revelación artística. Antes de eso, consiguió un papel significativo en la película venezolana El crimen dirigida por Clemente de la Cerda, que se rodó en República Dominicana.

Más adelante, esa experiencia le permitió entrar al cuadro de comedias de “El show del mediodía” y ser parte del elenco cómico de espectáculos humorísticos en los que también participaban Freddy Beras Goico, Cuquín Victoria y Milton Peláez. Su carrera ganaba terreno y se ganó un breve papel de monja en la comedia musical La novicia rebelde que dirigiera el mexicano Rafael Banquells.

Quizás la nueva generación de actores que tuvieron en ella el empuje para desarrollar su carrera, no recuerde que Nuryn Sanlley trabajó junto a Leopoldo Fernández, mejor conocido como “Tres Patines”, en dos comedias al mejor estilo del conocido humorista. Esas obras fueron Con polvitos de carey y Yo detesto a las mujeres. También se le vio en un personaje en la telenovela “María José”.

Para la televisión, antes de que la veterana actriz asumiera el personaje que la inmortalizó en el espectáculo dominicano, entró a colaborar en “El show de Cecilia”, de Cecilia García. Para esos tiempos, específicamente en 1982, bajo la dirección de Germana Quintana actúa en la obra El día que me quieras, que se estrenó en enero del referido año, en la sala Ravelo del Teatro Nacional. El elenco de esa puesta en escena también lo integraban Carlos Victoria, Karina Noble, Ana Hilda García, Andrés Vásquez y Ricardo Ramírez.

Es en los años 80 que su carrera logra su mayor esplendor, fundamentalmente en el teatro, sin abandonar por completo su faceta de actriz de telenovelas y cine. Más de 30 espectáculos, muchos de ellos presentados en la sala principal del Teatro Nacional, le dieron estatura de gran artista, destacándose “Papolino”, “Papolino: dónde está Santa Claus”, “El tesoro de Piyoyo”, “La Pinky y la lámpara maravillosa”.

“PinkyHood y la flecha mágica” fue uno de los espectáculos que recibidieron con entusiasmo por el público infantil y adolescente que siempre disfrutó de sus propuestas. En lo que se refiere a los musicales, Nuryn Sanlley trabajó en obras importantes como en “Grease”, “Dirty Dancing” y “Saturday Night Fever”. En el 2009 retoma el cine de la mejor manera, de la mano de Roberto Ángel Salcedo interpreta un personaje que le mereció una nominación a Premios Casandra como Mejor actriz, galardones éstos que ya antes había recibido en nueve oportunidades por sus trabajos teatrales.

Que buena amiga es mi suegra y Cada oveja con su pareja fueron las últimas obras en las que el público le vio actuar por última vez. Nuryn Sanlley murió el lunes, pero dejó una hoja de trabajo que ninguna otra actriz ha superado.

Radiografía de una actriz a tiempo completo

Personaje divertido

“La Americana” fue otro de los personajes que popularizó la actriz mientras pertenecía a los elencos humorísticos de los programas de variedades, principalmente en “El show del mediodía”.

La compositora

Para 1984 ya se conocían composiciones de su autoría, como “Te mueres por mí”, “Roquero conmigo”, “Te voy a esperar” y “Te permito”. Fue una faceta que se quedó a medio camino, y que le permitió desarrollarse como actriz.
Segundas nupcias.

En abril de 1985, Nuryn Sanlley se casa, por segunda vez, con el venezolano Edgar Peña, en una ceremonia íntima a la que sólo asistieron algunas amigas. Como testigos firmaron Fanny Santana, Zoila Puello, Emely Tueni, Tomás Sanlley y Xilia Hernández.

En el teatro

En el 1984 asume la producción “Realidad de un sueño”, que se presentó con éxito en el Palacio de Bellas Artes, bajo la dirección de Chiqui Haddad. El show le mereció el Premio Casandra como Espectáculo del año en el 1985.
Sus estudios.

Trabajó como secretaria ejecutiva antes de destacarse en el arte, e hizo estudios en Canadá y los Estados Unidos. Hablaba inglés y francés.

Así la describen quienes la conocieron…

Zoila Puello
Periodista
“El arte ha perdido una gran artista, no sólo por su aporte, sino también por el apoyo que le dio a una nueva generación en todos sus musicales. Pero también fue una mujer solidaria, entregada. Tuve una relación muy hermosa con Nuryn, cuando ella se iniciaba en el  arte y yo en la comunicación”.

José Antonio Rodríguez
Artista
“La gente como Nuryn  Sanlley no son pérdidas, son lecciones que como una vida productiva puede  pertenecer y permanecer. No vengo aquí a decir adiós, sino a reconocer el valor de su vida de lo que fue para mí y para todos. Ella fue una gran artista, una buena amiga y un ser especial”.

Roberto Ángel Salcedo
Presentador de TV, actor
“Fue una extraordinaria artista. Tuve la oportunidad de trabajar con ella en ´Megadiva´. De ella aprendimos su gran capacidad de trabajo, su entrega y dedicación para lograr un exitoso desempeño en dicha película. Siempre creyó en el talento joven y en sus espectáculos le abrió las puertas”.

Jochy Santos
Presentador de TV
“Una gran pérdida, no solamente como mujer, sino también para el espectáculo. Nuryn dio la oportunidad de trabajar teatro, teatro  infantil, las producciones, la creación de un personaje de grato recuerdo para muchas generaciones  como lo fue La Pinky, eso era un ejemplo de su gran creatividad”.

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