Sergio demuestra tonos y la fuerza del merengue

A pesar de quienes dicen que el merengue está en crisis, Sergio Vargas demostró “en dos tonos” que el ritmo sigue en el gusto de la gente.

A pesar de quienes dicen que el merengue está en crisis, Sergio Vargas demostró “en dos tonos” que el ritmo sigue en el gusto de la gente.Entre boleros y merengues el Negrito de Villa con su actuación del pasado viernes atrajo a cientos de fanáticos al  Maunaloa, quienes disfrutaron de una velada gratificante. Sergio, desde que salió al escenario, conectó con la gente, amenizando el ambiente a ritmo de boleros como “Tú que no sabes”, “Como un bolero”, “Que bueno verte” y “No me importa”.

El público pudo disfrutar de cada una de las interpretaciones del carismático cantante, en las cuales la alegría y el buen ánimo que irradia en tarima se adueñaron del lugar entre comentarios jocosos y una mezcla de picardía que hicieron de su presentación una velada placentera.

Luego de hacer una pausa para interactuar con el público, Sergio continuó con  lo más esperado de la noche: los merengues clásicos. Y mientras una animada pareja bailaba en un acogedor lugar, decenas de dúos le siguieron los pasos, convirtiendo un pequeño espacio en una verdadera pista de baile.

Así iban entrando en el cancionero clásicos como “Dime dónde”, “Delirio”, “La quiero a morir” y “La ventanita”, el entusiasta artista no permitió que la multitud dejara de disfrutar en todo momento. Para hacer más emocionante el recital, Vargas invitó a subir  a las tablas a uno de los grandes de los “tiempos dorados”, Alex Bueno. Juntos cantaron “Madre mía”.

“La filarmónica de Villa”, como denomina Sergio a su orquesta, estuvo compuesta de 12 músicos y un vocalista. Cabe resaltar el juego de luces que hicieron el show más vistoso. Con un Maunaloa casi repleto, para finalizar el concierto de una hora y media, que contó con la producción de Ramsés Peralta, Vargas interpretó “Amor del bueno” y “Te solté”. Aunque para muchos su duración en el escenario fue muy breve, sin lugar a dudas Sergio Vargas sigue demostrando por qué es considerado como uno de los merengueros más grandes.

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