Una campaña contra el consumidor

Una vez más, algunas organizaciones de comerciantes han vuelto a promover, sin ningún tipo de tapujos, una campaña de opinión…

Una vez más, algunas organizaciones de comerciantes han vuelto a promover, sin ningún tipo de tapujos, una campaña de opinión pública que persigue perjudicar a los consumidores, instigando a las autoridades a que graven las compras menudas que se realizan por internet.

Es una campaña oportunista, pues trata de “sensibilizar” a las autoridades para que eliminen la excepción del ITBIS a las compras por internet cuyo valor FOB es menor a US$200, en momentos en que se espera que el país se aboque a una nueva reforma fiscal para tratar de solventar el déficit público.

Pero, además, es una campaña mentirosa, porque se vale de recientes informaciones ofrecidas por la empresa emisora de tarjetas de créditos líder en el mercado nacional sobre los montos de todas las compras transadas en moneda extranjera durante el año pasado.

Se quiere hacer creer que las compras por internet exentas del ITBIS exceden los US$700 millones, cuando lo cierto es, y ellos lo saben, que esas compras no llegan a los US$100 millones. Pero la mentira más grande y desvergonzada es la afirmación de esos líderes comerciales, en el sentido de que esas compras por internet parcialmente exentas constituyen una “competencia desleal”, en perjuicio de sus negocios. Y digo “parcialmente exentas”, porque si bien es cierto que no están gravadas por el ITBIS, Aduanas les cobra una tasa en función del peso de la mercancía importada.

Quien compra por internet algún artículo o bien en el extranjero, no sólo paga el “manejo y envío” que cobra el vendedor, sino también un cargo por libras al transportista, el “servicio DGA”, como se expresa en algunas facturas; sin olvidar que algunos transportistas cobran un “cargo por combustible”, además de una “membresía anual”.

El pasado viernes pagué, por adelantado, el “servicio de desaduanización” y su respectivo ITBIS por unos libros que compré en el exterior, cuyo valor FOB excede el exento, pero que habiendo llegado al país hace diez días, el transportista tomó una semana para confirmarme que “los libros no pagan”, pero que debía avanzar el costo de su gestión antes de ponerlos a mi disposición. Y aún espero por mis libros.

Si cada vez más dominicanos compran por internet es porque la oferta local no les satisface, ya sea por precio, por calidad o por variedad. Y en vez de pretender castigar a los consumidores, los comerciantes deberían empeñarse en mejorar sus inventarios y no fantasear con una inexistente “competencia desleal”.

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