Ofrecen en alquiler propiedades de La Habana Vieja

LA HABANA. A simple vista, Mamá Inés parece ser uno de tantos restaurantes que abrieron en La Habana tras las reformas…

LA HABANA. A simple vista, Mamá Inés parece ser uno de tantos restaurantes que abrieron en La Habana tras las reformas adoptadas por el gobierno de Raúl Castro dando cabida a algunas actividades de mercado libre.

“Excepto por un cartelito que cuelga en la fachada, medio disimulado, que dice: “Local arrendado, Oficina del Historiador”.

El historiador de La Habana, Eusebio Leal, vela por la parte colonial de la capital y tiene atribuciones para hacer prácticamente de todo. Ahora se le adelantó nuevamente a otras dependencias del gobierno y ofreció edificios del estado en alquiler a negocios como Mamá Inés y un puñado de comercios: hay una peluquería, un salón de masajes y, más abajo, un vivero especializado en bonsais.

Hasta ahora, la mayoría de los restaurantes independientes funcionaban en las viviendas de sus dueños, lo que limitaba las posibilidades de conseguir una buena ubicación y forzaba a los dueños a sacrificar espacio en sus propias viviendas. “Mira, nunca estuve de acuerdo en hacer un ‘paladar’ (restaurante) en mi casa”, expresó Tomás Erasmo Hernández, el dueño de Mamá Inés. “¿Sabes por qué? Porque en mi casa se me altera el orden, no puedo estar con mi familia. Uno pierde la privacidad”.

Muchos cubanos básicamente alquilan sus viviendas al gobierno por una cifra nominal y otras entidades gubernamentales están empezando a permitir que artesanos y técnicos en reparaciones compartan también espacios.

Pero la iniciativa de Leal es diferente ya que alquila en forma directa en una de las áreas más cotizadas donde los negocios privados pueden instalarse a largo plazo y tienen posibilidades reales de generar ganancias.

Para la gente emprendedora de la Habana Vieja, esta es una oportunidad de entreverarse en el negocio del turismo, que maneja divisas fuertes. Y representa un programa piloto que, de ser expandido, podría favorecer a los pequeños comerciantes, darle a un gobierno necesitado de dinero una nueva fuente de ingresos y acabar con cinco décadas de prédica marxista sobre el uso de propiedades del estado.

Lento avance en las reformas prometidas

El osado proyecto es un agudo contraste al lento avance de las reformas tras un inicial frenesí a finales del 2011, cuando el gobierno legalizó la venta de bienes raíces y vehículos usados. Otras reformas prometidas, como la creación de cooperativas medianas, la derogación de restricciones de viaje y la ampliación de la lista de empleos que pueden pasar al sector privado, aún no se cumplieron. La cantidad de personas que solicitó licencias privadas disminuyó este año y otros las devolvieron. Muchos negocios fracasaron precisamente por la falta de una ubicación ideal.

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