Monumentos coloniales se deterioran

La mayoría de los monumentos históricos de la Ciudad Colonial presentan un gran deterioro por falta de mantenimiento.Así…

La mayoría de los monumentos históricos de la Ciudad Colonial presentan un gran deterioro por falta de mantenimiento.

Así lo expresó la directora del Comité Dominicano del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos), Virginia Flores, quien afirmó que la no asignación de fondos y la falta de una política adecuada de parte de los gobiernos ha ido degradando las estructuras que datan de tiempos coloniales.

Por citar un ejemplo, la última restauración hecha  al Alcázar de Colón, fue realizada en el año 1972.

La profesional de la arquitectura explicó que en la calle El Conde, donde la mayoría de los inmuebles son de propiedad privada, se observa un gran deterioro, que pudiera subsanarse con incentivos adecuados que beneficien al sector privado y, a través de ellos, restaurar y mantener sus edificaciones.

Duras críticas

Las críticas al descuido del conjunto monumental de la Ciudad Colonial también fueron externadas por la restauradora italiana Simona Capelli en el libro Estudios Latinoamericanos “Conservazione, tutela e uso dei beni culturali: il caso latinoamericano, Udine”, publicado por la Universidad italiana de Udine en 2009.
En la publicación, Capelli afirma que el monumento que está en peores condiciones es la iglesia Regina Angelorum.

Sostiene que la estructura presenta graves daños sobre todo en el portal este, por un alto grado de corrosión causado por la acción del ácido sulfúrico. “Los bajorrelieves que complementan el friso, el tímpano y los capiteles, únicos ejemplos existentes, se están perdiendo por completo”.

La experta en monumentos históricos añade que la Ciudad Colonial tiene un atractivo estilo arquitectónico que no ha sido debidamente protegido.

Basura y cableado

“La ciudad muestra un espacio desordenado, sin huellas de la historia, con calles asfaltadas, malolientes, repletas de basura y desechos sólidos, peligrosas por los enormes huecos de las alcantarillas sin protección y los innumerables cables eléctricos que afectan la visión de las calles; las aceras están rotas o arregladas sin criterio estético”.

Destaca que es normal encontrar polvo sobre las obras museales o pinceladas de pinturas acrílicas sobre tapices del año 1500 y obras en delicado estado de desprendimiento, abandonadas a su suerte por años.

La también profesora de arquitectura en la Universidad APEC, afirma que aunque la ciudad conserva buena parte del trazado y el espíritu de la época de su fundador Nicolás de Ovando, las transformaciones del entramado urbano y arquitectónico han sido muy abundantes.

“El aspecto actual, es de una falsa imitación de lo antiguo, con confusión en su estética original y, sobre todo, sin notoriedad visual de las acciones realizadas en las restauraciones empezadas en 1972. La sensación que da la Zona Colonial, principalmente en el turista extranjero, es desagradable”.

Edificios obsoletos

En cuanto a las edificaciones, Capelli afirma que la Zona Colonial está amenazada por lo obsoleto, tanto funcional como físico de algunos edificios históricos de finales del 1500 y de los siglos XVII y XVIII. “Muchos edificios están en completo abandono y deterioro, o utilizados como tiendas y viviendas de bajo costo, talleres de reparaciones, depósitos, o en mal estado de mantenimiento”.

Añade que las algas verdes que se reproducen en toda la zona por el clima y la falta de mantenimiento están contribuyendo al deterioro de las estructuras. La experta confía en la implementación y puesta en marcha del Plan estratégico de revitalización integral de la Ciudad Colonial de Santo Domingo.

72 viviendas constituyen un peligro público

Un total de 72 inmuebles fueron declarados como “peligro público” por la Dirección del Centro Histórico del Ayuntamiento del Distrito Nacional por el avanzado deterioro y constituyen un riesgo tanto para sus moradores como para los peatones. El caso más reciente ocurrió a finales del año pasado con el derrumbe de una casona ubicada en la calles Arzobispo Meriño y General Gregorio Luperón, donde resultaron heridos tres de sus moradores, incluyendo a Nidolca Torres a quien tuvieron que amputarle una pierna.

En aquel momento se emplazó a los dueños de esas propiedades a hacer las reparaciones de lugar o de lo contrario las viviendas serían expropiadas. A la fecha no se ha realizado ninguna acción para su restauración.

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