Franja de Gaza, campo de concentración del siglo XXI

Que Israel controle desde el año 2007 todas las fronteras de Gaza (con la excepción de la frontera sur, controlada por Egipto), la comunicación…

Que Israel controle desde el año 2007 todas las fronteras de Gaza (con la excepción de la frontera sur, controlada por Egipto), la comunicación de ésta con Cisjordania – su hermano mayor palestino- y con los mercados internacionales, así como su espacio aéreo, marítimo, además del suministro de agua y combustible, convierten a esta angosta franja territorial de 360 km2 en un enorme “campo de concentración”  del siglo XXI.

Con su “supervivencia diaria” sujeta en un 80 por ciento a la veleidosa cooperación internacional en lo que se refiere a alimentos y medicina, con niveles alarmantes de desnutrición y anemia generalizada en un dilatadísimo margen de la población, con cifras de desempleados o “sin sueldos” rondando el 70% y con problemas estructurales y de logística incluso para atender a sus enfermos y moribundos, para educar a su población y para movilizarse libremente, la situación de los 1.5 millones de palestinos que sobreviven en Gaza ha de ser desesperante.

Palestina ha sufrido en carne propia la irresponsabilidad de la comunidad internacional desde 1948, sin embargo, para centrar nuestra atención a hechos recientes, en el año 2006, al desatarse en Gaza una lucha fratricida entre el movimiento Hamás, que había ganado las elecciones allí y Al Fatah, su hermano y rival al mismo tiempo en la lucha nacionalista por la liberación de los territorios palestinos, Israel, apoyado por los Estados Unidos, la UE y por el propio Mahmoud Abbas, presidente de la Autoridad Nacional Palestina y hombre fuerte de Al Fatah, inició el bloqueo a Gaza con la intención de debilitar la incidencia política  y propagandista de Hamas, a quien consideran organización terrorista; bloqueo que persiste hasta hoy.

Esta situación política reinante en los territorios palestinos en la que dos movimientos, Hamas y Al Fatah, encabezan el gobierno de la Autoridad Nacional Palestina, en Gaza y Cisjordania respectivamente, ha sido una piedra en el zapato para que se encaminen esfuerzos eficaces en la misma dirección y sobre la base de la integración total de intenciones y, mientras la Palestina de Mahmoud Abbas desde Cisjordania, y aun entre los muros ilegales erigidos como frontera por Israel en franca violación al derecho internacional, hace esfuerzos diplomáticos para que la comunidad internacional otorgue un estatus definitivo a su nación, en Gaza, quizás como una forma de “desahogo” o de llamado de atención para que la opinión pública sepa de su deprimente existencia –el bloqueo también censura las informaciones- se dedica a disparar cohetes de corto alcance a las ciudades israelíes cercanas.

Es obvio que esta es una acción abominable y que de ninguna manera se justifica; sin embargo, para que tengan una idea, desde el 2005, cuando el ex primer ministro israelí Ariel Sharon llevó a cabo el plan de desconexión total con el que retiraba a los israelíes civiles y militares de Gaza, pero mantenía el control aéreo y marítimo de la zona, los cohetes disparados hacia territorio israelí han acabado con la vida de algunas 30 personas, en cambio, los ataques relámpagos desde Israel, la operación “Plomo Fundido” del 2009 y la más reciente “Pilar de Defensa” suman miles de muertes, con un saldo altísimo de víctimas civiles, la mayoría de ellos niños, mujeres y ancianos.

Que se haya logrado una tregua o alto el fuego en el último conflicto desatado la pasada semana y que en 8 días había cobrado la vida de 161 palestinos, entre ellos 71 civiles,  frente a solo 5 víctimas mortales israelíes, aunque detiene la masacre momentáneamente, es irrelevante y tan solo constituye una distracción en cuanto al fondo, pues no existe entre las partes ningún acuerdo para variar el régimen imperante en sus relaciones, de manera que, Israel continuará su bloqueo y Hamas, en un corto tiempo, disparará de nuevo hacia territorio israelí, dándole el “derecho” a descargar de nuevo su poderío militar contra aquella “granja”.

El bloqueo total e injusto a Gaza y la muerte de palestinos e israelíes no es de ninguna forma el motivo per se de este conflicto sino más bien una consecuencia del mismo. No olvidemos que lo que exigen los palestinos es su derecho a cambiar su estatus actual de “nación sin Estado” a la de un Estado soberano reconocido por la comunidad internacional. Esta situación de indefinición surge a partir de la resolución 181 de Naciones Unidas en 1947, con la que se pretendía crear dos Estados, uno judío y otro árabe y que aun cuando Israel logró formarse como tal, en las guerra de 1948 y 1967 ocuparon territorios que no le correspondían, lo que ha dificultado la convivencia pacífica con su contraparte árabe y ha sido caldo de cultivo para que en la zona persista una inestabilidad político-social de niveles neurálgicos.

Israel, aun cuando viola en su arremetida feroz contra Gaza los principios del derecho internacional humanitario que se refieren, por ejemplo, a la proporcionalidad del ataque en relación al peligro y a la provisión de armas del enemigo; el principio de distinción, que traza las pautas en cuanto al respeto y protección a los civiles; el de necesidad militar, entre otros, no debe ser señalado como única culpable de este tipo de situación. Culpable, de las muertes de criaturas inocentes es la comunidad internacional y sus organismos comenzando por la ONU; culpables los Estados Unidos y sus intereses estratégicos en la zona; culpables las religiones y sus ideas que dividen a los hombres; los Rothschild, El club Bilderberg, el Council on Foreign Relations (CFR),…

En medio de las negociaciones diplomáticas, vi unas declaraciones del hijo del otrora primer ministro israelí Ariel Sharon llamando a Israel a “aplastar  a Gaza como lo hizo Estados Unidos con Hiroshima”… sus declaraciones también parecen culpables… l

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