EL jefe de la Policía está que bota chispa. ¡ Y con razón ! El esfuerzo por agarrar a tantos maleantes, criminales, narcotraficantes, matones, ladrones… no es para que un juececito fabricado al vapor venga a abrir las jaulas y los corrales alegremente.
Polanco sabe que eso no ayuda a eliminar la violencia. Un alto porcentaje de asaltos y crímenes lo han hecho condenados que se evadieron, fuese por la puerta del Código Procesal Penal o por la payolada alegría de La Corte.
Soluciones que ataquen la raíz urgen; pero ni las marchas, ni la presencia visual en los medios de comunicación de muertos y matados, asaltados ; ni las rabietas medievales del ojo por ojo; ni la supuesta encuesta de Sao Paulo en que la población apoya a la policía que mata delincuentes; ni tampoco los cortes de pene ayudan. Por el contrario y, un diputado que invalide la Constitución, con sus consejitos, merece sanción o destitución. En los países con altos índices de educación, trabajo y seguridad social, la violencia se reduce a un esporádico exabrupto de algún desequilibrado influenciado o afectado por la guerra y otras razones impredecibles. Es un buen aporte ya la preocupación de Polanco y la depuración de la institución que él preside. ¡La Reforma Policial va!