Tambores africanos que estremecen a Europa

El pasado miércoles, a unos islamistas del Magreb se les ocurrió la idea de entrar a una planta de extracción petrolera en Argelia, cerca de la frontera con Libia y secuestrar a un número indeterminado de trabajadores.

El pasado miércoles, a unos islamistas del Magreb se les ocurrió la idea de entrar a una planta de extracción petrolera en Argelia, cerca de la frontera con Libia y secuestrar a un número indeterminado de trabajadores.Lo hacían como “protesta contra la injerencia francesa en Mali” y exigían el cese de los bombardeos franceses en la zona norte de ese país, ocupada por una mezcla de islamistas de diferentes grupos “terroristas” e independentistas de las tribus tuaregs.

Pues bien, no había pasado un día completo cuando las tropas argelinas bombardearon indiscriminadamente la planta matando a rehenes, terroristas y a todo lo que respiraba por allí. Entre 34 rehenes y 15 secuestradores habrían perecido en el bombardeo.

¿A raíz de qué se producen estos sucesos?

A principios del año 2012 los tuareg, que son grupos de personas provenientes de tribus de pastores en el desierto de la zona del Magreb, conductores de caravanas y que además de esto son formidables guerreros, iniciaron  una rebelión en la zona norte de Mali con el propósito de lograr la independencia y crear un Estado para su gente. Sin embargo, por la improvisación de estas revueltas y por la falta de centralismo en sus acciones, muy pronto las gestiones independentistas que pretendían allí instaurar un Estado laico cambiaron debido al incremento de poder de grupos radicales islamistas que pretenden implementar en Mali la Sharia o ley islámica.

Mali fue colonia de Francia por ochenta años hasta el 1960 y unos cinco mil franceses todavía viven allí. Hace aproximadamente una semana que Francia inició operaciones militares en ese país con el propósito de expulsar estos grupos islamistas que pretenden adueñarse del poder que se encuentra en manos de un presidente interino que, aunque debió realizar elecciones en mayo del 2012, todavía no lo ha hecho.

Estos grupos islamistas no solo viven en Mali sino que están diseminados por zonas de Argel, Níger, Burquina Faso, Argelia, Libia y poseen armamento incluso más potente y sofisticado que el ejército regular maliense.

¿De dónde sacan esas armas?

Estos grupos rebeldes han sido entrenados por los mismos países que hoy les contrarrestan. Ha habido declaraciones de un exoficial del pentágono a un diario ruso, llamado Michael Maloof diciendo: “… lo que es trágico es el hecho de que EE.UU. entrenaba a los que ahora son terroristas que básicamente desertaron del gobierno, conocen muchas de nuestras actividades y saben cómo actuar desde un punto de vista de las fuerzas especiales y pueden usarlas contra nosotros”, por un lado.

Por otro lado, muchos de estos soldados participaron en el conflicto libio, y fueron apertrechados por la OTAN con armamento de última generación aun cuando mantenían el estatus mediático de “rebeldes”.

Además, al finalizar el régimen de Gadafi todas las armas que pertenecían a este fueron saqueadas unas, y otras, enterradas en el desierto junto con recursos en oro y metales preciosos que les pertenecían a la familia gobernante. Paradójicamente, el desierto ha sido el hogar -por siglos- de estas personas y conocen sus arenas como la palma de sus manos, de modo que nada que se oculte allí está lo suficientemente oculto.

Francia, como en Libia, ha tomado la antorcha de “la defensa de la integridad territorial y la seguridad en Mali” y paradójicamente, aunque los bombardeos persisten desde hace una semana, el número de muertes provocadas por ésta, contrario a las noticias que a diario contabilizan las bajas en Siria, no son temas de noticias en ningún medio. Sin embargo es de entenderse que muchas vidas se han perdido ya, incluyendo las cerca de cincuenta personas bombardeadas en la planta petrolera.

La amenaza de la creación de un estado de inseguridad a las puertas de Europa es una realidad. No obstante eso, es momento de que la comunidad internacional sincerice sus acciones. En Libia y en Siria algunos países apertrechan rebeldes; en Mali los combates. Mientras esto sucede, muchas personas mueren.

China está callada, pues teme a una situación de inestabilidad e inseguridad que amenace sus intereses en la zona en caso de caer en manos de los grupos islámicos; Rusia le teme a lo mismo, pero aboga porque los problemas africanos los resuelvan los africanos.

Por su parte la Unión Europea, carente de políticas de seguridad cohesionadas, reconoce el peligro de la situación en Mali pero no está convencida totalmente de “guerrear” para detenerla. Hollande ha avanzado solo, y tiene sus motivos basados quizás en la situación interna de declive de su figura y en la proyección externa de explotación futura de recursos energéticos y petroleros en Mali, sin embargo, es contradictorio llevar una costosa guerra en Mali cuando justamente quiere sacar a sus soldados de Afganistán por insuficiencia (o para ahorrar) de recursos económicos.

Los tambores de guerra que se tocan en África estremecen a Europa, dependiente en gran medida del gas y de los recursos petroleros de esa zona, y podría poner en jaque al gobierno de Hollande en Francia pues, como en Afganistán, ha sido muy fácil entrar pero será muy difícil de salir.

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