El firme emplazamiento de Danilo a Barrick

El pasado 27 de febrero de 2013, al rendir cuentas ante la Asamblea Nacional, el presidente de la República Dominicana, Danilo Medina, se hizo eco de las denuncias que hemos hecho durante los últimos 40 meses, en relación a que la enmienda al contrato&

El pasado 27 de febrero de 2013, al rendir cuentas ante la Asamblea Nacional, el presidente de la República Dominicana, Danilo Medina, se hizo eco de las denuncias que hemos hecho durante los últimos 40 meses, en relación a que la enmienda al contrato de la Barrick Gold para la explotación minera de oro, plata, cobre y zinc, de Pueblo Viejo, constituye una inaceptable estafa contra el pueblo dominicano.

Danilo Medina dedicó el 20% de su extraordinario discurso a describir detalladamente el proceso de adjudicación y posterior traspaso del contrato minero, los precios del oro en los diferentes momentos del contrato, y la enmienda aprobada en el 2009 por Leonel Fernández y el Congreso Nacional, la que sólo nos garantiza el 3.2% del RNF, aunque durante nueve años nos descontará sus inflados gastos ambientales, enmienda que Danilo y casi todos los dominicanos consideramos como inaceptable, porque de cada 100 dólares la Barrick se queda con 97 y sólo nos deja 3.

Danilo dijo que si la Barrick mantiene la posición intransigente que ha asumido, pasado un plazo prudente someterá al Congreso Nacional un proyecto de ley que establecerá un impuesto sobre los ingresos inesperados de las exportaciones mineras, plazo que no debe ser mayor de 45 días. Pero el impuesto no debe operar como un crédito para el pago de Participación en las Utilidades Netas (PUN), porque de ser así el contrato seguiría igual. El impuesto debe operar al margen del contrato actual, siempre que la Barrick se negare a renegociar.

Luego de su discurso firme, nacionalista y patriótico, el presidente Danilo Medina ha recibido el apoyo de más del 90% de los dominicanos, y fruto de esa defensa al interés nacional, su popularidad ha subido al mayor punto de inflexión de sus seis meses de gobierno; tanto así que hasta el expresidente Leonel Fernández, autor de esa criticada enmienda al contrato Barrick, ha debido pronunciarse en apoyo a la decisión de revisión tomada por Danilo, y hasta los senadores y diputados, que en el 2009 aprobaron la enmienda, hoy apoyan su revisión y modificación, tal y como se lo sugerimos por escrito el 30 de octubre de 2009, aunque, como era de esperarse, hicieron más caso a Leonel, por ser el Presidente de la República.

Hoy la Barrick Gold está contra la pared, y su único camino es aceptar las condiciones de renegociación que imponga el Gobierno dominicano, dueño de la mina, porque la Barrick no es una concesionaria de explotación minera que al amparo de la Ley Minera 146-1971 ha explorado, identificado y desarrollado una mina, sino una arrendataria del conocido y previamente explotado depósito aurífero de Pueblo Viejo. Y para quienes entendemos de minería eso está claro.

A los precios actuales de los metales a explotar, la Barrick vendería unos US$2,080 millones anuales, y el Gobierno debía recibir anualmente US$66 millones por el RNF de todos los metales, US$450 millones por PUN y US$337 millones por ISR, es decir, US$853 millones anuales, y sobre esa cifra debemos renegociar, sabiendo que para la Barrick es mucho mejor un arreglo decente con el Gobierno que un pleito en los tribunales, porque las mineras siempre evitan los pleitos legales con los gobiernos por saber que el único perdedor es el arrendatario minero y el único ganador es el gobierno que representa al pueblo dueño de la mina. Y que conste, que eso en nada afecta la seguridad jurídica de que disfrutan, la cual no debe ser confundida con una licencia para llevarse el oro del pueblo.

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