La agresión a Evo Morales

No sabemos cómo lo ven los ciudadanos del Primer Mundo, formados en la cultura democrática después de la derrota del fascismo en la Segunda Guerra Mundial y sus remanentes en España y Portugal. En Latinoamérica no salimos del asombro, y consecuenteme

No sabemos cómo lo ven los ciudadanos del Primer Mundo, formados en la cultura democrática después de la derrota del fascismo en la Segunda Guerra Mundial y sus remanentes en España y Portugal. En Latinoamérica no salimos del asombro, y consecuentemente, de la indignación.

¿Cómo Francia, España, Italia y Portugal han sido tan hostiles con un presidente democrático de una nación soberana, con la que tienen relaciones cordiales, negándole sobrevolar su espacio aéreo en un avión del Estado de Bolivia?
Una violación del derecho internacional, un desconocimiento de las normas más elementales de la aviación civil.

Lo peor de todo es que Francia, España, Italia y Portugal le negaron unos derechos legítimos universales a un jefe de Estado sobre la base de una información absurda, de que el avión en que viajaba el presidente Evo Morales transportaba al ciudadano norteamericano Edward Snowden. El resto de la comunidad internacional ignoraba que Francia, España, Italia y Portugal podían actuar como meras colonias que no guardaron la mínima formalidad para acatar lo que a todas luces fue una petición de Estados Unidos.

Los ciudadanos de esos países deben sentirse avergonzados ante un comportamiento de genuflexión de esa magnitud que también constituye un atropello a un estadista de un país amigo.

Bien hizo la secretaría general de la Organización de Estados Americanos (OEA) en declarar que con su actitud Francia, España, Italia y Portugal pusieron a riesgo la vida de Morales.

“Profunda molestia ante la decisión de las autoridades de varios países europeos… que deben explicar las razones por las cuales tomaron esa decisión”, recoge la OEA el sentir de Latinoamérica y de los ciudadanos del mundo que valoran la dignidad de los pueblos.

América Latina, y especialmente Bolivia, debe dar una contundente demostración de rechazo al comportamiento de Francia, España, Italia y Portugal. La acción contra Evo Morales es una agresión a todos los pueblos latinoamericanos y una vergüenza para las naciones decentes. Porque por respeto propio nunca debieron postrarse de esa manera.

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