Disquisiciones

Mi comentario de ayer sobre el vedetismo jurídico que aflora con el caso de Elías Wessin Chávez, motivó a mi siempre fiel lector, Carlos Valerio, a escribirme desde Sabaneta, vía email, unas reflexiones que quiero compartir con todos. Lean ahí:&#823

Mi comentario de ayer sobre el vedetismo jurídico que aflora con el caso de Elías Wessin Chávez, motivó a mi siempre fiel lector, Carlos Valerio, a escribirme desde Sabaneta, vía email, unas reflexiones que quiero compartir con todos. Lean ahí: “Temis, que en la mitología griega era la diosa de la Justicia, nos es graficada siempre vendada como portadora del mensaje de que la ley es aplicable a todos por igual, sin distinciones ni privilegios de ningún género. Sin embargo, en su nombre, o apelando a ella, hay muchos que no buscan aplicación de justicia por la comisión de delitos sino que más bien recurren al recurso de acudir a los tribunales por retaliación, envidia, venganza, o cualesquiera otro de esos defectos humanos que obnubilan el entendimiento y atenazan la conciencia. Entonces, ante esa realidad, los jueces ´son los que están llamados a aplicar –no a denegar- justicia, con sabiduría, imparcialidad y buen juicio, constituyéndose en el necesario muro de contención al extremismo tremendista e infamante que, sin miramientos, pretende aplicar una especie de política de tierra arrasada para acabar con reputaciones y honras, a veces solo abanderado en supuestos que nunca pueden ser validados con pruebas. Claro, que en el caso del ejercicio de funciones públicas hay de todo, pero también muchas son las tentaciones, y no faltan las propuestas indecentes, indignas, que no siendo atendidas hasta generan que se muevan engranajes fácticos y/o coyunturales de poder. Ahí es donde también debe saber jugar su rol el Ministerio Público, como representante de la sociedad, sin dejarse utilizar, ni actuar, tal como con mucho tino comentaste ayer, en rol de vedeto procurando simpatías con eventuales fines ulteriores, que van desde la satisfacción de egos inflados hasta soñar con la materialización de ínfulas de poder político. Estas son, en verdad, disquisiciones jurídicas de un lego, pero las cuales me animé a escribirte con ruegos por su publicación. Gracias anticipadas”. No agrego ni quito nada. Sin comentarios…

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