La ausencia de tecnología en las labores de siembra, cultivo y recolección de los principales rubros agrícolas del país es todavía una de las debilidades a las que hay que hacer frente.No es lo mismo sembrar el arroz de manera manual o artesanal en un terreno, que hacerlo de forma mecanizada. Y ese procedimiento es empleado aún en la mayor parte de las fincas que tiene República Dominicana de ese cereal. Lo mismo ocurre con otros cultivos.
Rosario Valdez Paulino es un productor de cebolla y vicepresidente de la Federación de productores de Baní, (Fecaba). Rosario está consciente de la necesidad de que las siembras se realicen de manera mecanizada porque eso le permite ahorrar costos y tiempo. Sin embargo, en la comunidad Nizao, donde reside, los procesos son todavía manuales. Apenas algunos productores que residen en Paya, Peravia, siembran la cebolla mediante el uso de tecnología. Para un pequeño productor no es fácil ponerse a tono con las exigencias de estos tiempos, pues cada cosa cuesta mucho dinero.
Mientras Rosario necesita varios hombres para sembrar algunas tareas (uno para que distribuya la semilla y otros para que la introduzcan a los hoyos y para que tapen esos agujeros), un productor de Paya hace el mismo proceso con menos obreros, una máquina y en un tiempo menor. Son esas algunas de las ventajas que proporciona trabajar la tierra con inteligencia y con los aparatos requeridos para cada caso. El presidente de la Federación Nacional de Productores de Arroz (Fenarroz) Iván Tio Pimentel, resalta la importancia de realizar las siembras mecanizadas y de hacer la recolección a granel del arroz a gran escala en las fincas. Sin embargo, el representante arrocero saca a relucir varios problemas que impiden que eso pueda darse en ocasiones. Uno de ellos son los aguaceros presentes en casi todas las temporadas de corte. Cuando llueve es imposible llevar a las fincas el aparato donde las máquinas cortadoras depositan el arroz recolectado. Las lluvias son también un inconveniente si llegan cuando el productor se prepara para hacer la siembra del arroz de forma mecánica. Para este proceso los predios deben estar secos. “Cuando la tecnología puede usarse el productor va en coche. No es lo mismo tener ocho o diez hombres trabajando que tener dos. Cuando tú haces las siembras mecanizadas, en el mismo proceso tú puedes ir fertilizando el terreno”, plantea Tio Pimentel.
Con ese planteamiento el dirigente agropecuario coincide con el productor Oliverio Espaillat, uno de los pocos que cultiva el arroz en el país con tecnología de última generación. Espaillat pone como ejemplo para trasplantar una tarea hay que pagarle RD$600 a un hombre, mientras que cuando se realiza con máquina apenas se gastan RD$200.
También cuando se recolecta el arroz de una parcela, si se hace con personas hay que emplear 23 y si se realiza con maquinarias solo hay que emplear cuatro.
Entre enero y junio de este año el Gobierno concertó con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el préstamo número 2443/OC-DR, por US$34.3 millones, del cual US$4.3 millones corresponde a la contrapartida local, para financiar la ejecución del Programa de Apoyos a la Innovación Tecnológica Agropecuaria (PATCA II). Cuando el Gobierno decide involucrarse en ese programa es porque se ha dado cuenta que el país, si bien ha avanzado en diversas áreas de la producción, en otras se ha quedado dormido.
En República Dominicana existen 244 mil fincas, según el último censo agropecuario, de las cuales el 72% son agrícolas y el 28% ganaderas. De las agrícolas el 85% son pequeñas, el 12% son medianas y el 3% grandes. De las ganaderas el 70% son pequeñas, el 25% medianas y el 5% grandes. De las ganaderas hay 59 mil que son micro fincas (menos de 10 animales).
Hay varios laboratorios de multiplicación in vitro
Dos sectores en los cuales se observa tecnología en los cultivos son los vegetales y los bananos para exportación.
En el caso de los vegetales, en el país existen más de 6.6 millones de metros cuadrados de instalación de invernaderos donde se cosechan esos rubros bajo ambiente controlado y con tecnología de punta. Esas modernas estructuras permiten cultivar rubros de mucho más calidad que cuando la actividad se realiza a cielo abierto.
La mayor parte de los invernaderos se encuentran en la provincia San José de Ocoa, de acuerdo a datos oficiales. En el caso del cultivo de banano para exportación, la siembra hace unos años que dejó de hacerse introduciendo una cepa de gran tamaño en un hoyo profundo.
Actualmente, existe la multiplicación de plantas in vitro, lo que permite que de cepas como la referida antes, se extraigan en la actualidad unas 80 mil plántulas.
