Testigo de la historia

La selección nacional de baloncesto sencillamente no dejó escapar su gran oportunidad de ir a un Mundial. Siempre vi a Caracas como un paraíso para clasificar, pero lo que ese equipo consiguió va mucho más allá de obtener un boleto a España…

La selección nacional de baloncesto sencillamente no dejó escapar su gran oportunidad de ir a un Mundial. Siempre vi a Caracas como un paraíso para clasificar, pero lo que ese equipo consiguió va mucho más allá de obtener un boleto a España 2014.

Para mí, aquí lo destacable no fue atrapar ese ticket, sino la forma cómo se obtuvo.

Me parece que esta lección de baloncesto que acaba de dar la tropa quisqueyana jamás será olvidada por los que siguieron paso a paso el desempeño de este equipo. Es un honor que nos confirieron y le estaremos agradecidos siempre. 

Caracas será recordada como el lugar donde los jugadores criollos dieron el gran paso definitivo hacia la transacción de un baloncesto de élite mundialista.

Como la ciudad donde finalmente se exorcizaron los egos individuales y engrandeció el espíritu colectivo, que es de lo que se  trata el baloncesto.

Nunca en la historia se había visto un equipo como ese, con ese don de recuperarse de las adversidades como un gran gigante, con tanta honra y con sobrada entrega.

Estoy seguro, de acuerdo con lo que se vio en Venezuela, no tendremos que esperar otros 35 años para ver a un conjunto nuestro en un Mundial. Eso, mis queridos y queridas, nos hace privilegiados.

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