¿Cómo explicarlo?

Los jueces tienen sus razones, la Policía tiene sus razones, el Ministerio Público también tiene sus razones, y mientras se empeñan en defenderlas, algunas víctimas no comprenden por qué resulta tan difícil materializar sus justas aspiraciones,&#82

Los jueces tienen sus razones, la Policía tiene sus razones, el Ministerio Público también tiene sus razones, y mientras se empeñan en defenderlas, algunas víctimas no comprenden por qué resulta tan difícil materializar sus justas aspiraciones, si precisamente esas instituciones actúan en atención a sus nobles propósitos y siguiendo los procedimientos previstos en las leyes.

Quizás por esas circunstancias algunas personas se sienten frustradas cuando ruegan justicia. Con el tiempo necesariamente la imagen de esas instituciones podría resultar afectada en la percepción ciudadana.

Ahora salta a la luz pública el caso de otro sacerdote pederasta. La justicia actuó correctamente, después de un largo proceso iniciado en el 2003. Seis años después, el Tercer Tribunal Colegiado del Distrito Nacional lo condenó a quince años de prisión, el 2 de julio de 2009. Domingo Aurelio Espinal Reynoso apeló ante la Tercera Sala de la Cámara Penal del Distrito Nacional, pero le fue ratificada la condena el 8 de octubre de 2010. Recurrió a casación, y la Segunda Sala Penal de la Suprema Corte de Justicia ratificó la decisión, el 14 de diciembre de 2010.

Se supone que la sentencia debió ser ejecutada, pero extrañamente, el 19 de abril de 2011, el Tribunal de Ejecución de la Pena del departamento judicial de Santo Domingo emitió una nueva resolución mediante la cual se dispone la ejecución de la condena “con carácter firme”. Parece que el hombre continuó libre.

Y vemos que ahora, el día 13 de este mes y año, el Tribunal de Ejecución de la Pena del departamento Judicial de Santo Domingo de nuevo ordena el arresto del condenado ex sacerdote. Instruye al procurador de la Corte de Apelación, al departamento de captura y arresto de la Policía para que procedan y no pasa nada.

¿Cómo explicar todo esto? La justicia cumple su papel, ¿y el Ministerio Público y la Policía? Pero todos estos actores del sistema tienen sus razones. Mientras, las víctimas se sienten defraudadas, lo mismo que la sociedad.

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