Los inicios de Roger Concepción se remontan a su infancia y adolescencia con los consejos y cursos que le daba su tía, la pintora Patria Quisqueya Concepción.Pero le debe a su padre, Luis Concepción, su apoyo y entusiasmo, su primera caballete, su primate paleta; él le enseñó a observar la naturaleza y a descubrir los colores, la música, la literatura, los grandes maestros europeos de la pintura. Su base cultural se inició con su enseñanza. Como artista, Concepción se sitúa en un lugar fuera de escuelas o corrientes. “Yo sigo mi camino en solitario haciendo lo que a mí me gusta, trabajando con sinceridad y tratando de dar lo mejor de mí. Estoy bien consciente del lugar que ocupo y lo importante de continuar y de seguir buscando”, asegura.
¿Cómo inicias en el universo de las artes plásticas?
Al llegar a la Universidad Autónoma de Santo Domingo, a la Escuela de Arquitectura, tuve el privilegio de conocer los talentosos artistas: Ada Balcácer, Leopoldo Pérez “Lepe”, Sterling, Santana, Domingo Liz, de los cuales aprendí lo suficiente para reconfortar mi profundo deseo de seguir incursionando en la pintura. En esa misma época, 1980, participé en el “Concurso Nacional de Pintura Jaime Colson”, en el cual tuve el honor de obtener el segundo lugar entre cientos de participantes de todo el país lo que acabó de confirmarme en mi vocación, dándome seguridad en mí mismo y entusiasmo a continuar.
¿Recuerdas tu primer deslumbramiento, tus primeros trazos plasmados? ¿Cuáles técnicas utilizabas?
No estoy seguro de recordar exactamente “ese primer momento”, pues desde muy pequeño, teniendo el privilegio de haber nacido en ese pueblo encantador que es San José de Ocoa, situado en los contrafuertes de la Cordillera Central, la naturaleza estuvo omnipresente, con sus paisajes de montañas, sus campos, sus ríos y arroyos, sus colores, y esa calidad de la luz, privilegio de esas alturas… Esa vivencia representa quizás ese primer “deslumbramiento” precursor, generador.
Según el Génesis, Dios creó el mundo de la nada; ¿de dónde crean los artistas?
De Dios y de todo lo que Él creó. Su creación somos nosotros y nosotros “creamos” a partir de su creación.
¿Consideras que el cine y la fotografía son irreverentes con la pintura?
No, no lo creo, al contrario; si bien es cierto que la pintura ocupó durante muchos siglos ese privilegio egemónico de ser la única expresión plástica del arte, si obviamos la escultura,el dibujo, el grabado etc, a partir del siglo XIX, la aparición del cinematógrafo y el daguerrotipo despertó en los pintores de la época un gran interés y hasta una enriquecedora colaboración. Hoy en día son mundos paralelos, aunque al mismo tiempo en algún momento se encuentran.
¿Quién debe dar el primer paso a la complicidad, el artista con el observador o éste con el artista?
Complicidad. No es algo que me había cuestionado, sobre todo en el momento de iniciar una pintura, pero trataré de responder a esto. Es cierto que desde el momento que la obra de arte sale del “taller” y pasa a la sala de exposición la obra se hace pública y el observador aparece como el “interlocutor” privilegiado del artista y la relación de complicidad, como usted dice, es esencial. Pero no creo que haya un “primer paso” propiamente dicho, no creo que sea algo que se decreta, algo intencional, no es un elemento determinante del artista en su creación.
Respecto a tus piezas, ¿con cuáles formatos sueles trabajar?
Mis formatos en mi manera de expresión se encuentran comprendidos en una gama “cómoda” de trabajo para mí en particular. Dado que viajo con frecuencia, tengo que tomar este elemento en consideración para facilitar el transporte. Lamento ser tan racional pero no es nada anecdótico, se lo puedo asegurar…
Sin embargo, he tenido la ocasión de darle el frente a formatos “heroicos” en iglesias y castillos. En esta XIV exposición del próximo martes 19 de noviembre, en el Museo de las Casas Reales titulada Renacimiento, he escogido formatos que van desde 20X24, 24X30 , 20X40 y 30X40 pulgadas.
Una pregunta obligada, ¿tus próximos proyectos?
Quiero incursionar en lo que me reflejó inesperadamente un cuadro que he intitulado “El Salón de Annie”, que tiene de singular el hecho de ser mi primera pintura, donde el tema es un interior, y preparar la próxima para el 2015.
¿Cuál ha sido la obra en la que te has entregado al máximo?
Bueno, no estoy seguro de ser muy justo y objetivo respondiendo, porque realmente no creo que hubiera una sola sino varias que en su momento fueron un hito en el camino de mi vida de pintor. Desafortunadamente, no he conservado esas pinturas que en sus respectivas exposiciones encontraron dueño y aunque sentía cada vez un pequeño pinchazo en el corazón, comprendía que ellas tenían que continuar su historia, su camino, así como nuestros hijos.
