Manny Pacquiao calló bocas

Manny Pacquiao, con la soberbia demostración ofrecida la madrugada del pasado domingo, demostró que sigue siendo grande.Al darle, literalmente, una paliza a Brandon Ríos, el estelar boxeador filipino calló muchas bocas.Escribo…

Manny Pacquiao, con la soberbia demostración ofrecida la madrugada del pasado domingo, demostró que sigue siendo grande.

Al darle, literalmente, una paliza a Brandon Ríos, el estelar boxeador filipino calló muchas bocas.

Escribo así porque, en la víspera del combate montado en la ciudad de Macao, China, algunos periodistas llegaron a decir que “Pacquiao, en su combate con Brandon Ríos, podría terminar muy mal su gloriosa carrera profesional”.

Pero con la calidad exhibida por el ocho veces campeón mundial, ahora muchas bocas están calladas.

Expertos, para justificar su escepticismo respecto a Pacquiao, recordaron el sorpresivo nocaut que sufrió el ocho de diciembre del 2012 en Las Vegas propinado por el mexicano Juan Manuel Márquez.

Como lo expuse en varios trabajos, en perspectiva, Pacquiao iba a salir victorioso ante Ríos y que, tras su triunfo, volvería a ocupar el lugar (alto) que le pertenece en el mejor boxeo del mundo.

Una victoria contundente

Manny Pacquiao, en su regreso al cuadrilátero -después de dos derrotas corridas, claro uno de esos fracasos en realidad constituyó un favor para Timothy Bradley-, tuvo el comportamiento de un gigante.

Su victoria fue sencillamente contundente. Fue una devastación la registrada en China. Hubo duros golpes, limpios y contundentes asestados a la anatomía del mexicano-estadounidense Brandon Ríos quien antes del pleito tuvo una labor de parlanchín junto a su entrenador Robert García. Las tarjetas de los tres jueces marcaron estas puntuaciones: 120-108, 119-109 y 118-110 para una decisión unánime. Mi tarjeta certificó 120-108. Es decir, vi a Pacquiao ganar los 12 rounds.

Pacquiao, además de la velocidad, terminó la pelea con la pegada de 281 golpes contra apenas 138 de Ríos para un 36 por ciento.

Así que Pacquiao, con la paliza propinada al bocón de Brandon Ríos, está de regreso… ¡y en grande!

En próximos artículos abordaré aspectos de suma importancia respecto al futuro inmediato del filipino. Porque, como escribí antes de su triunfo, ¡todavía queda mucho de Pacquiao!

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