El obispo de San Francisco de Macorís dijo que la actitud de apertura y humildad del Papa Francisco ha venido a revolucionar la iglesia católica.El obispo de la diócesis de San Francisco de Macorís, monseñor Fausto Ramón Mejía Vallejo, llamó a respetar a las personas sin considerar su preferencia sexual, porque hay que anteponer al ser humano por encima del pecado, porque cada uno nace libre y Dios lo ama y lo espera. El religioso hizo la reflexión ante la actitud que ha asumido el papa Francisco que declaró que “si alguien es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarle?”.
“Hoy vivimos cada vez más en el mundo entero una dimensión pluricultural y la iglesia tiene que entender eso porque, como dice el Papa, lo más importante es el ser humano”, consideró el obispo de 72 años. Argumentó que lo más importante es amar a las personas aunque se rechace el pecado, pero sin discriminar la persona. “La ciencia de la psicología tenía muchas teorías sobre la realidad de la homosexualidad, pero hoy nadie se aventura a decir de dónde proviene esa realidad y en ese sentido hay que respetar esa persona”, recalcó.
Aclaró que su punto de vista sobre el trato que deben recibir los homosexuales no significa que esa práctica esté bien. “Es lo mismo que decimos del matrimonio homosexual, para la iglesia eso no es un matrimonio, pero también entendemos que Dios nos hizo libres y lo primero es que Dios respeta a cada persona, pero siempre tendremos la obligación de la búsqueda de la verdad”, puntualizó.
Explicó que la apertura que tiene el Papa Francisco sobre temas como esos es para promover el respeto al ser humano. “El Papa tiene una apertura pero es de comprensión al ser humano, de convivencia con el ser humano, que al fin y al cabo es lo más importante que debemos ver”, reflexionó. A su entender, Francisco ha revolucionado la iglesia con su forma sencilla y “a nosotros nos dice que no somos príncipes, que dejemos esa mentalidad de príncipes”.
Diócesis priorizará formación 2014
El obispo explicó que en el plan que ha diseñado la diócesis bajo su mando tiene como prioridad el trabajo con la familia y la juventud. “Si no trabajamos la familia intensamente no tendremos esa especie de avance y de crecimiento que todos queremos”, expresó. Adelantó que para el 2014 lo más importante es el plan de formación porque si no hay formación en la fe la gente no podrá amarla “porque nadie puede amar lo que no conoce”. “La fe tiene distintas dimensiones y todas son importantes, tiene una dimensión social que se refiere al derecho al techo, a una casa, a un trabajo; tiene una dimensión política, que sencillamente es la búsqueda del bien común; la dimensión económica, porque la economía es el motor de la sociedad, eso es verdad y si usted tiene la posibilidad de generar dinero y riqueza, genere dinero y riqueza, pero simplemente usted es un administrador, no para acumularlo porque si el dinero no sirve para servir entonces no sirve para nada”, explicó.
El obispo describió la sociedad actual como del conocimiento y la información y que ese fenómeno, lo primero que está impactando es la cultura, por lo que consideró que cuando la cultura es impactada es preocupante porque en las creencias es que se generan los valores”.
Consideró que “debemos tener mejor suerte, pero la suerte se ayuda con el trabajo”, concluyó.
La sencillez de Danilo y “zánganos primera clase”
El religioso consideró que el estilo humilde que el presidente Danilo Medina ha exhibido en su gestión le ha devuelto un poco de avance a la actividad política en el país. “Sin toda esa parafernalia cuando va a un lugar, primero llegan dos camiones de las Fuerzas Armadas y otro de la Policía y una cosa y un despliegue…una vez venía camino a Santo Domingo conté 95 yipetas una detrás de la otra porque el Presidente iba para tal lugar…o si van fuera del país un grupo de zánganos tienen que viajar en primera clase todo a costa del dinero del pueblo y así ningún pueblo puede avanzar”, se quejó.
En contraposición a ese tipo de actitudes, describió al presidente Medina como un hombre sencillo que no le gusta que avisen para dónde va porque “si no le adornan las cosas y él se da cuenta de que esa no es la realidad”. “El poder no es para usarlo como decía uno, el poder es para servirle a los demás y mientras no se cambie esa mentalidad lamentablemente vamos a seguir padeciendo los males que son tan lamentables”, recalcó. El obispo sostuvo que buscando culpables no se van a resolver los problemas y que lo importante es buscar soluciones.
