En los últimos dos años, las sublevaciones de miembros de la Policía Nacional han pasado de ser ocasionales a algo prácticamente común.En menos de un año se han registrado tres casos, a los cuales las autoridades han tratado de restar importancia. A estos se suma la subversión que se registró en San Francisco de Macorís en 2012, cuando unos agentes se atrevieron a “sacar” a la fuerza del Palacio de Justicia a uno de sus compañeros que estaba siendo sometido a un juicio ordinario. Los últimos casos, al menos, públicamente, no han conllevado grandes sanciones, como se estilaba anteriormente, cuando una insurrección en la uniformada se “castigaba” con el retiro inmediato de sus filas. A esto se sumaba la deshonra del agente, al cual muchas veces se le quitaba la ropa públicamente.
El “amotinamiento” del pasado jueves de al menos 30 agentes frente al despacho del jefe de la Policía, Manuel Castro Castillo, inconformes porque no fueron tomados en cuenta en los ascensos ejecutados el 27 de febrero es el último de estos episodios. Aunque ayer, el jefe de la institución dijo que solo un agente se sublevó reclamando el ascenso y que este será sancionado.
Una acción de mayor envergadura ocurrió el 20 de enero de este año en Dajabón, cuando al menos 73 agentes se negaron a ser trasladados de dotación. La transferencia fue dispuesta por las supuestas denuncias de irregularidades que se registraban en la dotación y luego de que un mayor identificado como Félix Aquino, viajara a Haití. Los policías, cuyos nombres nunca fueron dados a conocer, excepto el del mayor Félix Aquino, quien fue trasladado a Santo Domingo bajo arresto, amenazaron con entregar sus armas de reglamento y sus carnets, además de no subir al camión enviado al lugar para llevarlos a sus nuevos puestos de trabajos en Mao y la Línea Noroeste. Extraoficialmente se supo que los sublevados eran tres capitanes, 30 tenientes, así como varios sargentos, cabos y rasos.
Otra insubordinación de agentes ocurrió en abril del 2013 en Santiago, cuando un grupo de policías de las patrullas Acción Rápida se negó a acudir a un servicio inconformes por el aumento salarial selectivo dispuesto por la uniformada para algunos agentes. “Nosotros tenemos ya cerca de 20 años trabajando en la institución, y brindándole un servicio a la patria, y muchos somos solo sargentos y sargentos mayores, y no llegamos a esa cantidad, lo que constituye una falta de consideración a nuestro esfuerzo y trabajo en beneficio de la población”, dijo uno de los protagonistas de la acción.
En San Francisco
Aunque ocurrió hace dos años, permanece en la memoria de la sociedad el día que un grupo de policías raptó a la fuerza un raso de la institución que estaba siendo sometido a un juicio por su alegada vinculación a la muerte de un presunto delincuente. El hecho ocurrió en julio del 2012 durante la gestión de José Armando Polanco Gómez.
En la ocasión, los agentes se presentaron al Palacio de Justicia de San Francisco de Macorís y se llevaron al alistado ante la mirada atónita y temerosa de los comunitarios, debido al aparataje del traslado, que incluyó la exhibición de armas de fuego y un “corre corre” por las vías que se desplazaban.
Por el caso fueron cancelados 39 agentes, entre los que figuraron los coroneles Ricardo Antonio Doñé Jaime y José Damián Puyols; el teniente coronel Héctor de los Santos; los mayores Faustino Pérez concepción, Reynaldo Vicente Ferrer Then y Pedro Santana Vicente Familia, a estos se le puso en retiro, de acuerdo a la jefatura, “por no tener actitud y mando” al permitir que un grupo de oficiales subalternos y alistados marcharan por las calles desde el cuartel policial de SFM hasta el Palacio de Justicia, donde sacaron irregularmente de la cárcel preventiva al raso Marino Alfonso Torres.
Por el caso también fueron suspendidos los primeros tenientes Domingo Rafael Patricio Martínez y Rudy Salvador Encarnación; los segundos tenientes Danilo Santiago Reyes y Luis Alberto Genao Acosta.
