Industria de Los Memisos le agrega valor al orégano

Nagua .- En Los Memisos, un paraje perteneciente al Distrito Municipal Las Gordas, provincia María Trinidad Sánchez, la palabra clave en estos días es “industrialización”.Las razones son valederas. Los productores…

Nagua .- En Los Memisos, un paraje perteneciente al Distrito Municipal Las Gordas, provincia María Trinidad Sánchez, la palabra clave en estos días es “industrialización”.

Las razones son valederas. Los productores de orégano de esa zona se agruparon en una cooperativa, consiguieron un préstamo del Gobierno por RD$20 millones, construyeron una gran planta procesadora, hicieron ya un experimento con un nuevo aceite del rubro, despertaron el interés de los inversionistas y generan cada día grandes titulares en la prensa nacional.

El centro de acopio, una edificación color verde y plateado (12 metros de ancho por 80 de largo) tiene capacidad para recibir entre 10 mil y 15 mil quintales cada seis meses de orégano (cuando se hacen los cortes), tiene instalada una zaranda para cedacear y clasificar la hoja, y modernos aparatos por donde sale orégano líquido y un aceite de orégano, a través de un proceso de separación para el cual se han dado los primeros pasos de manera exitosa.

Históricamente en República Dominicana se conoce el orégano en dos presentaciones: en polvo y en la hoja como tal. Pero en Los Memisos se encargan de que “de boca en boca” y en los medios de comunicación la gente hable sin parar de orégano en aceite, orégano en versión agua y abono orgánico de residuos de orégano. Para comercializar este último, se construirá una fábrica, de acuerdo a informaciones ofrecidas por Santo Burgos, presidente de la Asociación de Oreganeros el Memiso Unido, fundada el 20 de octubre de 2006.

Aunque los productores de Los Memisos no conocen con certeza cuál es el costo de producción por cada tarea de orégano, saben que luego de sembrada la mata, a los cinco o seis meses inicia la primera cosecha y que luego de eso, cada cuatro meses se realiza otro corte a esa misma planta.

Las áreas sembradas son 6,315 tareas, pero por el interés que despierta el orégano, mucho más gente se está incorporando y eso significa que “entrará” más tierra para ese cultivo. Se procura hacer un nuevo asentamiento para tener un “cuadre” actualizado y ver cuál es la cantidad global. El molino que tienen los oreganeros puede moler diariamente entre 20 y 50 quintales. Sin embargo, no se ha determinado con exactitud cuántos frascos o botellas de orégano líquido y de aceite representará eso, porque no se ha analizado de qué cantidad serían esos envases. En Los Memisos, los productores no son expertos en química, pero hablan con mucha propiedad sobre el molino y las calderas. “Aquí se da un proceso de calentamiento del agua. De un lado del tanque de bombeo se da una graduación de temperatura, tipo olla presión. Cuando se llena el tanque de la materia prima (orégano –en este caso- o de cualquier producto que se vaya a destilarse) el tanque madre envía vapor a otro tanque y cuando cae en ese lugar se condensa, saliendo orégano líquido, por un lado, y aceite por otro”, explica Santo Burgos.

Pero Burgos no es el único que sabe de eso. Cuando un equipo de elCaribe atravesó el centro de Nagua, camino a Cabrera, llegó a la entrada de Las Gordas y se internó más de una hora por una pedregosa y polvorienta carretera a más de una hora en auto, otros miembros de la comunidad ofrecieron explicaciones  lógicas sobre la cuestión. Esos productores son: Máximo Mosquea, Ramón Corporán, Lurdes Gómez, Ramona Santana, y Eduardo Burgos.

De todos ellos, Ramón Corporán es uno de los que muestra más alegría. Este productor intentó varias veces dejar el cultivo porque entendía que no le servía de nada. Se quejaba de la baja rentabilidad y de la falta de compradores.

Miembros de la cooperativa y de la comunidad

Máximo Mosquea
Productor de orégano
“La comunidad ha recibido alegría luego del proyecto y esto se ha convertido como en un atractivo turístico porque para acá  entra ahora mucha gente. Es una opción para la juventud que se ha ido marchando de aquí. Aunque no están, muchos quieren volver”.

Ramona Regina Santana
Residente en Los Memisos
“Me llena de orgullo saber que los productores dan un giro del cielo a la tierra. La zozobra que se vivía antes por aquí era grande. Cortaban el orégano y luego los compradores que aparecían hacían con el productor lo que deseaban, mucho más con el precio”.

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