La Semana Santa y las distintas religiones

Existen distintas agrupaciones religiosas que difieren una de la otra en su manera de interpretar las sagradas escrituras aunque todas apuntan hacia un ser supremo al cual dicen adorar y profesar fe.

Existen distintas agrupaciones religiosas que difieren una de la otra en su manera de interpretar las sagradas escrituras aunque todas apuntan hacia un ser supremo al cual dicen adorar y profesar fe. Durante la Cuaresma, que se conmemora la Semana Santa, algunas de estas diferencias se advierten en la manera en que cada una la llevan. Mientras que para los católicos es un ritual abstenerse de comer carne ciertos días de la Cuaresma como el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo. Los evangélicos aseguran que ningún capítulo de las Sagradas Escrituras lo establece (Timoteo 4:1-5; Colosenses 2:16).

 Las tendencias religiosas difieren entre sí, pero la mayoría tiene mayor diferencia de la católica que del resto. Como por ejemplo, la tradición de adorar imágenes con las que hacen procesiones en las calles en estos días es fundamentalmente, una tradición católica de todos los tiempos.

La Semana Santa, que comienza con el Domingo de Ramos y concluye con el Domingo de Pascua o Resurrección, significa para algunos playa y sol, mientras que para otros es abrir sus corazones para que sean transformados por la palabra de Dios.

En cualquier caso, la Semana Santa es una conmemoración religiosa que nos recuerda la pasión, muerte y resurrección de Jesús. Es el momento litúrgico más intenso de todo el año. Inicia el domingo después de la primera luna llena de primavera.

“Esta semana la dedicamos a la oración y la reflexión en los misterios de la Pasión y Muerte de Jesús para aprovechar todas las gracias que esto nos trae”, conforme lo explica el padre Eulogio Castaño, del colegio y la parroquia San Judas Tadeo.

Dentro de la Semana Santa, el religioso católico destaca el día de Pascua como el “más importante y más alegre para todos nosotros, ya que Jesús venció a la muerte y nos dio la vida. Esto quiere decir que Cristo nos da la oportunidad de salvarnos, de entrar al Cielo y vivir siempre felices en compañía de Dios”.

Para los católicos, vivir la Semana Santa es “acompañar a Jesús con nuestra oración, sacrificios y el arrepentimiento de nuestros pecados. Lo importante de este tiempo no es el recordar con tristeza lo que Cristo padeció, sino entender por qué murió y resucitó. Es celebrar y revivir su entrega a la muerte por amor a nosotros y el poder de su Resurrección, que es primicia de la nuestra. Feliz resurrección”, subraya el padre Eulogio.

Reconoce que aunque son días de reconocimiento, sin olvidarnos de su ambiente religioso, se aprovechan para el descanso, compartir con la familia y amigos y “nos renovamos para seguir más unidos en el amor y servicio”.

Otras consideraciones

En cambio, para el pastor Pedro Pineyro de la Iglesia cristiana-evangélica Buenas Nuevas “este periodo se inscribe dentro del concepto de una tradición religiosa que no aporta nada a la vida espiritual de las personas, a la transformación de conductas ni a la restauración de hogares y familias”.

Dice que aunque Semana Santa evoca y recuerda la ocasión en que Jesucristo, el hijo de Dios, entregó su vida para morir por la redención humana, el hecho de transformar tan gloriosa manifestación de Dios, “en ceremonias externas y vacías de contenido bíblico, ésta solo sirve a intereses comerciales y celebraciones festivas con una terrible secuela de corrupciones y muertes por todo lugar”.

Considera, sin duda, que Semana Santa fue la ocasión en que “Jesús llegó a Jerusalén, montado sobre un pollino, hijo de asna, según la profecía”  (Zacarías 9:9).

Su entrada triunfal a esa ciudad tenía un solo propósito: “morir en la cruz del calvario, como un vil delincuente, llevando en sí mismo el pecado de todos nosotros. Ese era el tipo de muerte más cruel de la época y estaba reservado a las personas convictas de los peores hechos delictivos. Esa fue la muerte que Cristo padeció en nuestro lugar para ser nuestro eterno Salvador”.

Desvirtuar –continua- como se ha hecho, un evento de trascendencia eterna, como la crucifixión, muerte y resurrección del Señor Jesucristo, convirtiéndolo en simples actos religiosos “es abominable al Señor”, subraya Pineyro.

La pastora Marlene Lluberes, de la Casa de Dios Efraim, congregación cristiana sustentada de la verdad revelada en las Sagradas Escrituras, afirma que hablar de Semana Santa es tener un corazón humilde que “nos permita amar hasta a nuestros enemigos, con el amor con que hemos sido amados por el Señor, amor inquebrantable que se da por entero, que todo lo perdona” (Mateo 5:44).

Dice que la Semana Santa es tiempo de detenerse del afán del día a día y “preguntarnos si estamos crucificados con Cristo como se muestra en la carta a los Gálatas, capítulo 2, versículo 20”.

Considera la pastora que debe ser la época en que renovemos nuestro entendimiento “para poder conocer la voluntad de Dios” ya que el evangelio de Jesús “nos enseña una vida coherente con nuestras palabras”. “No es ir a un culto ni hacer un ritual, no es dejar de hacer cosas que acostumbramos a hacer, por un poco de tiempo… es permitir que nuestros corazones sean transformados por la Palabra de Dios y lleguemos a ser semejantes a Cristo, quien nos amó de tal manera, que  dio su vida por nosotros”, (Efesios 4:13).

 El pastor Pineyro dice que la Cuaresma tiene su claro origen pagano y que no guarda ninguna relación con celebraciones establecidas en las Sagradas Escrituras, “esta celebración  se remonta a los tiempos de la antigua Babilonia cuando Semíramis, la esposa de Nimrod (Génesis 11), fundador de esa antigua ciudad, cuyo nombre fue Babel, quedó viuda de éste y luego tuvo un hijo que llamó Talmmuz. Este fue presentado como sobrenatural y así lo recibieron los pueblos. Murió a los 40 años de edad y fue llorado y lamentado por 40 días, un día por cada año de vida. Esto se estableció todos los años y se extendió por todas las naciones paganas de la época”, subraya el pastor Pineyro.

Concluye que el paganismo y el cristianismo nominal se ligaron y adoptaron nombres cristianos para celebraciones y personajes paganos.

Conforme el padre Eulogio, en su tradición los católicos aprovechan el viernes Santo para meditar de manera especial sobre el Sermón de las Siete Palabras. Estas son las últimas siete palabras o frases dichas por Jesús mientras estaba crucificado. “Hoy en día olvidamos el sentido espiritual y religioso que tiene este acontecimiento y se toman como meros discursos socio-políticos, a veces”, dice el padre Eulogio Castaño.

En las lecturas escogidas para el Sábado Santo se hace un recorrido por la historia de la Salvación, “rescatando los momentos más significativos  como la Creación, el Sacrificio de Abraham, la salida del pueblo de Israel de Egipto (Éxodo), el Profeta Isaías, Cartas de Pablo, para terminar con la proclamación del Santo Evangelio, que hace referencia a la Resurrección de Jesús”, enfatiza el religioso católico.

Importante
Para los cristianos, la Semana Santa es el tiempo litúrgico más importante, y es dedicado a la oración y reflexión de los misterios de la pasión.

Saber
La Semana Santa tiene sus orígenes y creencias, según las religiones existentes en el mundo.

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