El Sur también existe en la cinematografía

Héctor Manuel Valdez se prepara para poner a andar sus sueños en la pantalla grande, primero lo hará en el Festival de Cine Latino de Chicago (15 y 16 de abril) y una semana después su ópera prima, el largometraje Al sur de la inocencia, llegará&#82

Héctor Manuel Valdez se prepara para poner a andar sus sueños en la pantalla grande, primero lo hará en el Festival de Cine Latino de Chicago (15 y 16 de abril) y una semana después su ópera prima, el largometraje Al sur de la inocencia, llegará a la cartelera dominicana. Como en todo  joven director, más que a los veteranos, el temor crece al acercarse el día del estreno (24 de abril); pero para Valdez es un temor estimulante, porque piensa que es lo que le mantiene con el compromiso de querer hacer un buen trabajo. Sabe que no complacerá a todo el mundo, pero le satisface el crear una historia diferente para la cinematografía nacional.

¿Háblanos de tu ópera prima, Al sur de la inocencia?
La película nace a raíz de sucesos personales que me marcaron en el 2011. Uno fue la partida a destiempo de mi tío, seguido del nacimiento de mi primera sobrina. Esto hizo pensar en el ciclo de la vida: en que unos vienen mientras otros se van. Queriendo contar una historia de la vida misma me llevó a querer plasmarla en un viaje y de ahí surge querer hacer una historia que se desarrollara durante un viaje en el sur del país. Quería contar la historia de personas que salen de su zona de “confort” y se enfrentan a paisajes y gente a los que no están acostumbrados. De ahí nacen Vera y Andrés.

¿Te ha asaltado el temor al poner en escena tu primera película?
Sí, pero es un temor bueno, porque pienso que es lo que nos mantiene a nosotros con el compromiso de querer hacer un buen trabajo. No voy a complacer a todo el mundo, siempre habrá a quien no le guste, pero el compromiso de hacer algo serio es lo que me fortalece. Es mi primer largo metraje, ya he estrenado varios proyectos y siempre he sentido ese temor, siempre está ahí, lo que no puedo dejar es que ese temor me paralice o me debilite.

¿Te complació el resultado que has logrado con tus protagonistas?
Me gusta colaborar con Sarah Jorge, porque ella aporta mucho, es muy inteligente, muy preparada. Eso me hace sentir bien. Desde que estaba en el colegio mi madre me decía -tú tienes que conocer a Sara- porque ella veía que nosotros íbamos a tener una gran relación de colaboración artística. Así nos conocimos. Después que hice el cortometraje El Fallo (2009), Sara me contactó y creamos una amistad y desde ahí es que sale el corto 729.

¿Y Frank Perozo?
Es muy carismático. También tiene un don como persona muy especial, es un ser humano que cuando llega a un  set activa a todo el mundo y eso es algo que yo quería con el personaje que hace, que es el de Santiago, un fotógrafo que seduce a Sara para ir al Sur. Buscaba a alguien así. Además, es parte de un sueño que yo tenía desde que ví la película Junior, quería trabajar con él cuando salió esa cinta, y siempre había dicho que en mi primer filme quería que él actuara. Tuve la oportunidad de presentarle el guión y le gustó. Christian Álvarez también es genuino, hace un trajo de mucha calidad.

¿Por qué elegiste el Sur del país para contar esta historia?
El Sur de la República Dominicana es una región virgen en comparación a las otras del país. Desde pequeño me llamó mucho la atención el contraste entre su imponente naturaleza y la pobreza de su gente. Estos contrastes eran ideales para plasmar la salida de los personajes fuera de su zona de “confort” y los diferentes paisajes marcarían la progresión del viaje. El Sur es la única región donde tienes en un solo trecho terrenos áridos, playas y pino de montaña. Me sedujo también la idea de tratar nuestra playa virgen por excelencia, Bahía de las Águilas, como símbolo de la virginidad. Por último, el potencial de contar una historia en una región poco plasmada en nuestro cine nacional me sedujo.

En “Al sur de la inocencia” tiene talentos probados y actores que no son profesionales, ¿cómo fue trabajar en estos dos canales?
Soy fiel creyente de que el actor, sea profesional o no, es un ser sensible de aptitudes innatas. Me encanta el desafío de trabajar con talentos no probados, ya que me permite ejercitar el poder de observación y análisis de la naturaleza humana a la hora de hacer pruebas y audiciones. Esto se debe a que me incluyo en la escuela de pensamiento de Woody Allen cuando dice que una gran parte del proceso es el casting, saber elegir muy bien con quien se ha de colaborar. Lo importante es tener una idea muy clara de cada personaje y buscar en los actores cualidades y aptitudes que puedan brindarle vida al personaje. Luego pienso que es cuestión de que tengan sus objetivos lo más claro posible y de brindarles un espacio en el que no se sientan intimidados y se sientan libres a explorar. Si logro que olviden que están en una película y que se dejen llevar de tal forma por el momento, que para ellos sólo ese “aquí y ahora” sea real, ese es mi mayor logro y desafío.

¿Qué has aprendido dirigiendo películas?
He aprendido a defender mis ideas, a analizar el porqué de las cosas, a trabajar en equipo, y sobre todo saber elegir con precisión con quién trabajar y a confiar en su talento.

Crecimiento
Mientras más proyectos hago, más discernidas son mis decisiones y voy adquiriendo el valor de poder prescindir con lo que no funciona”.

Colaboración
Me he dado cuenta que como director debo ofrecer a mis actores un espacio de confianza en el que puedan desdoblarse”.

Historia
Cynthia F. Cota fue la guionista de la película que le dio vida a todas estas idas que yo tenía”.

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