RD debe sacudir su portafolio de exportaciones

República Dominicana está obligada a modificar el portafolio de agroexportación si aspira a consolidar una posición sólida en los mercados internacionales y a seguir compitiendo con otras naciones.

República Dominicana está obligada a modificar el portafolio de agroexportación si aspira a consolidar una posición sólida en los mercados internacionales y a seguir compitiendo con otras naciones. Esa modificación se refiere, por ejemplo, a que en vez de exportar plátano, banano, yuca o mango, como tales, se trabaje para enviar al exterior productos extraídos a partir de éstos. Otros países han estado incursionando en ese modelo y las informaciones obtenidas indican que logran ser exitosos.
El ministro de Agricultura, Luis Ramón Rodríguez, al abordar el tema plantea que “la idea es que República Dominicana pueda trabajar para que sus productos en vez de ir a los mercados puedan alcanzar una mayor distancia y llegar a los supermercados. Para eso deben tener un valor agregado”.

Pero lograr eso que plantea el funcionario no es una tarea fácil, especialmente si existen carencias de recursos. En el año 2000 el sector de las agroindustrias recibió poco más de 300 millones de dólares en financiamiento, pero en 2004 había reducido a 101 millones. Es decir, que entre un período y otro hubo una caída en el nivel de préstamos. Y si se mira más amplio el asunto, en los últimos 10 años el sector ha tenido un índice en picada también en los préstamos a los que ha accedido del 10%, si se toma en cuenta que de unos 1,200 millones que se recibían bajó a unos 900 millones.

Luis Ramón Rodríguez aprovechó ayer una conferencia que pronunció a la membresía de la Asociación de Industrias de República Dominicana para sugerir la siguiente fórmula con miras a avanzar: “Hay que pasar de exportar productos primarios a agroindustriales, hay que crear el banco de fomento a las exportaciones, incrementar los fondos públicos para el desarrollo de nuevos productos, elevar el uso de procesos y materiales biodegradables y diseñar y manufacturar productos que en vez de ir al mercado vayan a las góndolas”. En eso que plantea Rodríguez, el Estado debe convertirse en un facilitador, no en un Estado que intervenga en la comercialización de bienes y servicios, según sus propias expresiones.

Tecnología de punta

La agroindustria requiere de maquinarias y equipos de última generación y dejar atrás la obsolescencia en un mundo comercialmente competitivo, pero hay carencia de fondos especializados para ese relanzamiento. Por eso, el ministro de Agricultura dijo en su ponencia (aplaudido varias veces) que tiene que haber una forma de que eso pueda revertirse.

En un salón de la Torre Empresarial y observado y escuchado por representantes de distintas organizaciones del agro, funcionarios públicos, diplomáticos y empresarios, Luis Ramón Rodríguez aseguró que más allá de la falta de crédito que ha existido por años, hay un reducido índice de innovación en la agroindustria. “No es igual que vayas a un lugar en nuestro país y mires cómo cortan un tomate paso a paso, a mano, que ir a otro lugar fuera de este país donde ese tomate se corta con una máquina moderna que no desperdicia ese tomate”, apuntó el funcionario a modo de ejemplo. Agregó que “necesitamos que haya más inversión pública para que instituciones como el Instituto de Innovación en Biotecnología e Industria sigan realizando estudios en el diseño de nuevos productos”. Planteó que el elemento diferenciador y que añade el valor que se necesita en el mercado es  innovación en la creación de productos.

Es vital la articulación intencional, dice Ligia

Para convertir a República Dominicana en una nación netamente exportadora se requiere con urgencia una articulación intencional, con propósitos claves medibles en el tiempo, con sectores definidos a priorizar, sin negar las iniciativas que puedan irse dando en otros rubros emergentes, expresó Ligia Bonetti, presidente AIRD.

“Estamos llamados no solo a mejorar la rentabilidad de la agropecuaria y de la industria, sino también la calidad de vida de la gente que vive en las zonas rurales. En definitiva, cuando se trata de agregar valor es un tema en que todos estamos llamados a ganar. Ese es el desafío, es la meta”, indicó la líder empresarial.

Consideró que las actuales autoridades han entendido esto al promover el financiamiento en el campo bajo un esquema de asociatividad que se hace necesario para que la pequeña agricultura pueda encadenarse con la industria y a su vez ser rentable y significar bienestar social y no una carga para el erario público. “Estamos pasando a pensar de manera ofensiva, y no sólo de manera defensiva”, planteó Bonetti, en una exposición anterior a la del ministro Rodríguez.

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