Coronado, un forjador de talentos en Bonao

La provincia Monseñor Nouel tiene un representante que ha fomentado el béisbol desde hace unos 30 años. Hoy en día es responsable de que muchos jugadores de esa y otras ciudades se encuentren en las Grandes Ligas, gracias a su experiencia como…

La provincia Monseñor Nouel tiene un representante que ha fomentado el béisbol desde hace unos 30 años. Hoy en día es responsable de que muchos jugadores de esa y otras ciudades se encuentren en las Grandes Ligas, gracias a su experiencia como entrenador y preparador físico.

Se trata de Luis Coronado, nativo de la comunidad de Bejucal, a quien la vida no lo premio con llegar a las Mayores, pero sí le dio el don para que por sus manos hayan pasado destacados peloteros que hoy se han establecido en el béisbol profesional, en especial el de los Estados Unidos.

“Desde hace más de 30 años he estado luchando por desarrollar la juventud de nuestro pueblo”, expresa Coronado, mientras observa a un grupo de jóvenes que practican el béisbol en el play de Boca de Juma, donde diariamente acude a impartir instrucciones a talentos que oscilan entre los 15 y 16 años. “El primer play que hice fue en Playa del Río, junto a mi hermano y un primo. Desde ahí comienza esa inquietud por el béisbol hasta que llegué al profesionalismo”, agrega.

Coronado fue firmado por los Atléticos de Oakland en 1989. Apenas duró un año y medio en esa organización hasta que fue dejado libre. Luego, ningún equipo se interesó, hasta que decidió empacar maletas nuevamente para Bonao a “hacer vida en el béisbol” y hoy es todo un emprendedor en este deporte en la llamada “Villa de las Hortensias” a través de su escuela que lleva su nombre, fundada el 5 de agosto de 1991, junto a un grupo de amigos, entre los que citó a Jesús Amador y David Santos.

El entrenador es responsable del desarrollo de importantes jugadores nativos de Bonao y otras zonas, entre estos, Juan Carlos Cruz, Benito Báez, Juan Sandoval, Wandy Rodríguez, Juan Oviedo, Santiago Ramírez, Juan Carlos Pérez, Carlos Mármol, Wilín Rosario, Joel Peralta, Dellin Betances y Manny Ramírez.

“Con muchos de ellos la relación es excelente, menos con Wandy, por unos problemitas que sucedieron. Nos comunicamos casi a diario, en especial con Wilín, con quien más he trabajado en los últimos años. Mantengo contacto con ellos por diferentes vías, ya sea por teléfono o por el Internet o cuando acudo a los entrenamientos primaverales a observarlos”, dice Coronado, quien también fue dirigente de la selección juvenil de Monseñor Nouel, así como en Doble A y en béisbol femenino a nivel nacional.

Relata, que cuando están en el país, muchos de ellos acuden a donde él con la finalidad de someterse a un arduo proceso de entrenamientos, con el objetivo de no perder “el time”. Gimnasio, bateo, correr y terapia, son parte de los procesos que son sometidos los jugadores durante la temporada muerta de las Grandes Ligas.

“Trabajar con ellos no es difícil”, sostiene Coronado. “Ellos entienden que ese es su trabajo, le ponen más amor y más carisma a lo que están haciendo debido a que con el pasar de los días ven los resultados, contrario a muchos  de ellos que están iniciando en la pelota y no tienen el conocimiento en verdad, de qué es lo que quieren”, agrega.

Acercamiento con Manny

Coronado cuenta que a la “Casa del Pelotero”, un albergue que agrupa a unos diez talentos que buscan llegar al profesionalismo, Wilín Rosario se apersonó con Manny Ramírez (ambos jugaban con las Águilas Cibaeñas en la temporada 2012-13)  con el objetivo de recibir algunos “tips” sobre la mecánica de bateo.
“Pensé que era relajando que estaba Wilín”, dice Coronado, quien fue parte del equipo dominicano que en  1998 participó en un mundial de béisbol celebrado en Italia. “Cuando llego a la casa, porque yo no estaba, no veo por ningún lado el vehículo en que anda Manny. Ellos lo dejaron un poco retirado para no alborotar. Lo planearon muy bien”. República Dominicana terminó con marca de 5-2 en la fase de grupos, pero en los playoffs finalizaron con marca 0-3, quedándose con el octavo lugar de la justa.

Recuerda que cuando acudió a la parte trasera de la casa, la sorpresa de ver a Manny practicando bateo en un pequeño espacio que tiene reservado para esos fines, fue grande. “Nunca pensé que Manny estaría en mi casa practicando. Es una persona sencilla, de gran corazón, pero sobre todo dispuesto al trabajo. Parte del éxito que tuvo con las Águilas cuando regresó la campaña antepasada salió de este humilde rincón del patio de mi casa”.

Rumbo a Colorado

En junio del año pasado, el receptor Wilín Rosario daba inicio a una baja ofensiva en las Grandes Ligas, situación que preocupaba al equipo de los Rockies. Los días pasaban y el promedio de bateo descendió de .360 a .250. “Lo visualizaba en Triple A”, expone Coronado. “Fue en ese momento en que me llamó para que le ayudara. El 13 de junio del año pasado me dirigí hasta la ciudad de Colorado a trabajar con él. Días después los resultados se hicieron sentir nuevamente”.

Coronado narra que en los inicios de su escuela de béisbol, sólo contaba con un bate de madera roto y una pelota forrada con “teipi”. “Así comenzamos y mira donde vamos”, expresa un alegre entrenador que hoy puede ver el progreso. Gracias a esa sapiencia y la voluntad, ocho meses después logró su primera firma, el relevista Clemente Núñez con los Marlins de la Florida, el 16 de diciembre de 1991.

Prospectos posicionados en las Menores

En la actualidad, Coronado tiene a siete prospectos en las Ligas Menores y que hoy en día ocupan importantes lugares en el ranking de sus organizaciones, entre los que se encuentran Teoscar Hernández, un jardinero que pertenece a Houston y que en la pasada temporada invernal dominicana vio acción con los Toros del Este en 33 encuentros. Además, se ubica el receptor Jairo Rosario, hermano de Wilín y quien también milita en las Menores con Colorado. Asimismo está el receptor Deivi Grullón, uno de los principales prospectos de Filadelfia. En cuanto a los lanzadores, hay cuatro que están llamados a convertirse en importantes figuras en el béisbol de las Grandes Ligas, entre los que se citan a Adalberto Mejía, cuarto mejor prospecto de los Gigantes de San Francisco, así como Keury Mella, quien también pertenece a esa organización y se ubica séptimo en el ranking del conjunto de la División Oeste de la Liga Nacional; Luis Santos, de los Reales de Kansas City, y que el año pasado fue seleccionado el mejor lanzador de todo el equipo en las Menores, y Heri Quevedo, quien fue firmado por Boston.

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