Que vivimos en un mundo donde prima el pluralismo en todas sus dimensiones no es asunto nuevo. El galopante avance tecnológico y las continuas migraciones humanas han transformado la cultura, dando cabida a otras formas de ver el mundo, y por tanto de vivenciar la ciudadanía. Los parámetros que una vez sustentaron la manera apropiada de convivir requieren ser revisados a la luz de una nueva realidad. Vivimos en un mundo complejo y plural, en el que las fronteras entre culturas se flexibilizan, y en el que podría potenciarse la sinergia que aporta la diversidad. Para ello se requiere rescatar el concepto de valía de la persona en tanto su condición como ser humano, por encima de cualquier cultura, etnia, credo, o nacionalidad. Es imperativo, por tanto, lograr una nueva ética de mínimos -como plantea Adela Cortina- para lograr los acuerdos básicos esenciales que permitan un sano y fecundo ejercicio de esta ciudadanía multicultural.
En su libro “Ciudadanos del Mundo”, Cortina plantea cómo el proyecto de forjar una ciudadanía cosmopolita puede ayudar a convertir al conjunto de seres humanos en una comunidad, ya que implicaría tener una causa común.
Contrasta la ética con la civilidad, ya que entiende que esta última se refiere apenas a las buenas maneras, la amabilidad y cierta prudencia para servirse de los demás, lo que no implicaría necesariamente una actitud moral. En este sentido, nos parece muy acertado su planteamiento en relación a que no basta con aprender a convivir, sino aprender a convivir con justicia. Se impone, por ende, la necesidad de crear nuevos parámetros para una ética global. Tarea en la que la escuela y toda la sociedad tienen una misión fundamental.
En su reflexión sobre “Mundo Global, Ética Global,” el autor Joan Carrera y Carrera presenta algunos postulados que por su alto grado de interés para la formulación de estos nuevos parámetros, compartiremos en esta columna en la siguiente entrega. Estos apuntan, concretamente, a renovar coordenadas, recrear políticas, y construir nuevas convicciones.
