Ave Silvestre.
Escuchando cantar ave campestre
se enternece el hombre más adusto.
Recordando esos trinos siento injusto
que ya no cante más ave Silvestre.
Sé que las aves cantan por motivo.
cortejar, avisar, cuando hay apuro,
cuando lo limpio se le torna oscuro
porque un depredador anda furtivo.
Aves hay que no cantan en invierno
porque si cantan consumen energías.
En cambio tú, para cantar vivías.
Hoy cambia tu hábitat ave Silvestre.
Se oye tu canto aquí, y en otras playas.
¡Que la paz te acompañe a donde vayas!
! Oh Gabo de todos!
¿Por qué tuviste que nacer en estos tiempos cuando ya la humanidad ha perdido la memoria?
Te habría sido más sano y productivo haber nacido en La Hispaniola, y preferiblemente en el cacicazgo de “Maguana”, antes de que los taínos, con espanto, descubrieran que la humanidad entraba en decadencia.
Si así hubiera sido, en tu honor hoy tuviera su nombre el cacicazgo, porque sin lugar a dudas hubiera sido tú esa primera piedra donde escribirían los misterios de las lunas los behiques.
Si así hubiera sido, tu figura estuviera perpetuada en barro y piedra; los “shamanes” hubieran ayunado muchos días para alucinados en “cohoba” conversar con los dioses y hacerte el “cemí” que espanta los espíritus infames.
Si así hubiera sido, “burén” fuera tu apodo, porque del pan que tu palabra era, todos habrían comido, y el casabe tuviera tu apellido.
Pero tuviste que nacer en estos tiempos. Y —que bueno que hoy que te vas, comienzas a vivir.
