Pacquiao impuso su autoridad

Lo que aconteció la semana pasada en Las Vegas, Nevada (con su exclusivo escenario, la arena GRAND GARDEN del emblemático hotel MGM), no fue sorpresa para quien escribe.Y no fue sorpresa porque, desde el mismo momento en que se firmó…

Lo que aconteció la semana pasada en Las Vegas, Nevada (con su exclusivo escenario, la arena GRAND GARDEN del emblemático hotel MGM), no fue sorpresa para quien escribe.

Y no fue sorpresa porque, desde el mismo momento en que se firmó la pelea-revancha entre Manny Pacquiao y Timothy Bradley escribí, en varios trabajos, que el filipino iba a “voltear la página”.

¿A qué me refería? A que Pacquiao, tras ser derrotado en el primer combate por Bradley, pero con una decisión (mayoritaria) y mostrenca, se propuso, al conseguir la revancha, vengarse con creces.

En el análisis, publicado por elCaribe en portada, 24 horas antes de celebrarse el tan esperado segundo combate, escribí en el “lead” que “en el planeta Tierra un rayo no cae dos veces en el mismo lugar y que en el boxeo una victoria regalada no se registra dos veces corridas”.

De manera que el monarca de las Filipinas, en la esperada revancha, tenía que imponer su autoridad -como lo hizo- para corroborar con la indicada sentencia periodística.

Trabajó con inteligencia en todo el trayecto de la pelea. No se dejó impresionar por la velocidad de su rival y, en diez de los 12 asaltos, estuvo excelente.

El propio Bradley, al término de la pelea, aceptó -y con esto se tragó todas las palabras dichas antes de la reyerta- que él no está a la altura de los grandes campeones donde figura Manny Pacquiao.

Se supo administrar
Pacquiao, subestimado por algunos expertos (¿?), demostró que sigue siendo un monarca de la alta élite.

Con su excelente desempeño volvió –como ocurrió en la pelea con Brandon Ríos, el pasado 23 de noviembre en China-, calló todas las desbocadas bocas.

Supo administrarse… nunca se desesperó en su ofensiva y conectó los golpes cuando tenía que hacerlo.

Sabía que ante Bradley lo arriesgaba todo y que su prestigio estaba en “capilla ardiente”.
¡Loor al inmenso boxeador de las Filipinas y el mundo!

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