Debilidad muscular, sequedad de la boca, dolores de cabeza y fatiga son algunos de los síntomas de deshidratación en los niños.
Según estudios de la Organización Mundial de la Salud, existe una alteración de la memoria cuando se producen niveles de deshidratación (1-2% del peso corporal) en niños y adolescentes. La investigación sugiere que la estructura y funcionamiento del cerebro podrían verse afectadas temporalmente por una mala hidratación.
La revista The American Journal of Clinical Nutrition comprobó que los niños que no consumieron suficiente líquido sufrieron de debilidad muscular, sequedad de la boca, dolores de cabeza y fatiga. Estas condiciones se podrían mezclar para que los niños y adolescentes tengan problemas en las aulas al no estar completamente concentrados.
Larisa Páez, nutricionista costarricense, explica que “una adecuada hidratación es necesaria para el transporte de nutrientes a nivel celular y para que el cuerpo funcione de manera adecuada”.
Para asegurarte de que tu hijo esté bien hidratado, la Asociación Americana de Dietistas (ADA) y el Instituto de Medicina para niños y adolescentes establecen que los infantes deben consumir de seis a ocho vasos de 8 onzas de líquidos por día como mínimo.
