Por una política cinematográfica

“Para llevar el sector a la industrialización debe haber independencia económica e ideológica en relación a los países colonizadores. Una ley de cine no debe estar a revoque del comercio de películas importadas”, afirma el cineasta Etzel…

“Para llevar el sector a la industrialización debe haber independencia económica e ideológica en relación a los países colonizadores. Una ley de cine no debe estar a revoque del comercio de películas importadas”, afirma el cineasta Etzel Báez, y a seguidas agrega: “Las situaciones instituidas por la ley dominicana de cine son intencionalmente organizadas para una relación patrón-trabajador, lo que solo admite la arrogante formación de esferas de poder donde cada quien jala para su lado y nunca para la creación de una industria cultural creativa de amplio impacto en la economía de la cultura. Nuevas formas de relaciones productivas tendrán que implementarse para ajustar lo que aún no acaba por convenir al PIB nacional”.

Y continua argumentando que “Las bases de una cultura cinematográfica se logra invirtiendo en cultura: crear y/o ampliar cinematecas, escuelas de cine, congresos y talleres, festivales, cineclubes, edición de libros, perfeccionamiento de procesos administrativos y, sobre todo, buena gestión de lo legislado.
Invertir en la diversidad de géneros y producir incesantemente, es lo saludable. Como ejercitarse para unas olimpíadas. Dejar que los talentos cursen su camino sin la metedura de pies que hay hoy en el ambiente cinematográfico dominicano”.

Y presenta ideas de cómo implementar esa política de Estado: “La creación de empresas que posibiliten el negocio del cine y no apenas sus propios proyectos. La gran lacra que no deja crecer al cine es precisamente los grupitos que se forman para retrasar a quien se anima a trabajar, porque esas mafias todo lo quieren sin merecerlo ya que de talento creativo es lo que les falta”.

Cuestiona a la Asociación Dominicana de Cineastas (ADOCINE) porque, a su entender, no trabaja en este sentido, y sostiene que: “Es viable e imperioso que los cineastas sean capaces de pagar sus cuentas. El sentido práctico estimula la implantación de esquemas comerciales que anulen los círculos viciosos de hoy en materia de producción y distribución”. Sentencia que “Las utopías de los visionarios serán posibles cuando se construya en base a competencias de todos los trabajadores y la sistematización de las ideas”

Amín Abel, la película: Cruwdfunding

Así como Etzel está utilizando la página digital aminabel.com, grandes directores del mundo han  realizado sus películas independientes con este sistema de financiación llamado Crowdfunding, es el caso del ganador del Oscar Martin Scorcese en el 2013 con el filme “Life Itself”, pero también el respetado director Spike Lee con el filme “The Newest Hottest Spike Lee Join”. El crowdfunding en vez de recurrir a grandes inversionistas, se apoya en la cooperación colectiva de interesados o defensores de un tema en específico, es el caso de Amín Abel, la película, que al no ser un tema de interés comercial debe buscar formas alternativas para su realización, siempre respetando todos los procedimientos éticos y legales establecidos.

En República Dominicana, este filme  Amín Abel, se registra como el primer largometraje en realizarlo en esta temática. Anteriormente con el mismo sistema lo logró el documental ¨Blanco¨ premiado en el más reciente Festival Internacional de Cine Documental de República Dominicana y seleccionado al Festival Internacional de Guadalajara 2014. “Existen varias de estas modalidades y se pueden encontrar en http://crowdfunding.com/  de donde escogimos a indiegogo para nuestro proyecto. Es un tipo de mecenazgo colectivo de amplia participación popular que viabiliza excelentes propuestas artísticas, culturales, sociales, de emprendedores, de pequeños empresarios, de artistas noveles. Hay muchos países que cuentan con esas modalidades propias como es el catarse.me para Brasil y Portugal”, refirió.

“Hay una cosa muy importante en este proyecto y en la vía que tomamos, con los resultados hasta hoy que superan nuestras expectativas y hacen cambiar o mejorar nuestra visión al respecto de esta iniciativa. Al inicio fue como una de tantas campañas que se empleó para viralizar en las redes sociales. Las consecuencias nos dan como resultado que la gente efectivamente quiere nuevas propuestas, o mejor, quiere propuestas que satisfagan sus intereses y gustos, simplemente porque no consumen lo que se promueve en la industria cultural establecida por grandes emporios del comercio”, dijo el cineasta.

Cree que han inaugurado una modalidad que va a dar respuestas reales a necesidades de mecenazgo que no da el estado ni la empresa privada. “Eso es lo más positivo del proyecto Amín Abel que dirijo. Yo cuento con registros del guión en todas las versiones que vengo trabajando desde hace 10 años. Cuento con un contrato con el señor Fidel Santana, autor del libro “Amín Abel Hasbún – un gigante dormido”, que me autoriza a la explotación cinematográfica en todas las modalidades. Hemos creado una empresa y establecido acuerdos para la producción del filme y estamos entrando a la ley de cine con un presupuesto que ronda entre los siete y los doce millones de pesos”, entendió.

Agregó que este filme es parte de un proyecto personal que emprendió de rescate de la memoria histórica y la lucha por la paz y la tolerancia, contra la violencia y la pérdida de valores como el amor a la vida que hoy por cualquier cosa, cualquier conflicto se dirima hasta llegar a la muerte de uno de los contendientes.  “En ese tenor es que vengo trabajando con los Festivales del Minuto, y asimismo en los proyectos que realizaré como el crimen de Orlando Martínez, los hechos del 12 de enero de 1972 con Los Palmeros, el crimen de la Hacienda María, entre muchísimos otros acontecimientos que provocan la imaginación de un cineasta”, puntualizó.

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