“El teatro es una poderosa herramienta de transformación”

¿Quién no conoce este rostro? De seguro, casi todos. Se hizo famoso en la televisión local gracias a la serie de anuncios televisivos de la marca Mistolín, junto a Mauvie Espinosa; en los años 90. Pero José Roberto es mucho más que eso.

¿Quién no conoce este rostro? De seguro, casi todos. Se hizo famoso en la televisión local gracias a la serie de anuncios televisivos de la marca Mistolín, junto a Mauvie Espinosa; en los años 90. Pero José Roberto es mucho más que eso.

Su carrera como actor es avalada por diversos montajes que navegan entre el cine y teatro, entre ellos: “El método Gronholn”, “Palabras encadenadas”, “Las mil noches y una noche” y “A ritmo de fe”, así como su papel en la serie de televisión, “Una reina en las Américas” y “Hotel Luna”, del programa Esta Noche Mariasela. Sus ansias por ser un mejor profesional, con el paso de los días, lo han convertido también en un activo productor; dándose a sí mismo la oportunidad de ser parte fundamental de sus proyectos artísticos. Con él conversamos acerca de sus andanzas por este fascinante mundo del arte, el del teatro.

Del mundo de la actuación, ¿qué causa en ti una gran satisfacción?
El apoyo y respeto de los colegas, el reconocimiento del público, el hacer un buen trabajo.

Actor de teatro, cine, comerciales de TV…, ¿con cuál te quedas?
¡Con todas! También he sido presentador de noticias. El actor nunca debe limitar sus posibilidades ni los medios para expresarse. Mientras el teatro te da el prestigio, el cine y la TV ofrecen una gran proyección; esto porque el trabajo llega a mucha gente.

¿Qué tipo de papeles te intrigan, te retan como profesional?
Aquellos personajes que no necesariamente tengan aspectos en común con mi personalidad. Siempre busco hacer en escena lo que no hago regularmente en mi vida diaria. Es una interesante ventaja que tenemos los actores sobre el resto de los mortales (risas).

Años atrás, nuestro país vivió una época donde la cartelera teatral era muy activa; muchos la extrañan. ¿Qué añoras de aquellos tiempos de hacer teatro y qué valoras del actual?
La cartelera siempre se mantiene activa, pero a través del tiempo he podido notar, desde el 1985, cuando debuté profesionalmente, que antes era más fácil llenar un teatro pequeño porque no había tantas actividades de entretenimiento. Los productores hemos tenido que aprender que hoy en día es necesario aplicar el mercadeo y las relaciones públicas más que nunca. Valoro en la actualidad que aunque no siempre hay apoyo económico nada nos detiene, y la oferta no deja de sorprender por su variedad, calidad y constancia.

De tu trayectoria, ¿cuál escena te gustaría guardar en tu memoria por siempre, para toda la vida?
Más que escenas guardo en mi memoria momentos y experiencias memorables. Por ejemplo, cuando gané un Talía, premiación de teatro lamentablemente ya desaparecida. O las veces que me nominaron a los premios Casandra. También nunca olvidaré cuando Enrique Chao ganó uno de sus muchos Casandra como Mejor Director y lo compartió en su discurso de agradecimiento con mi colega Yamilé Scheker y mi persona. Me sentí honrado y halagado.

¿Cómo definirías la palabra actor?
Eso es algo complicado. Un actor es una esponja que debe absorber todo, un individuo muy observador de lo que le rodea y capaz de analizar a los demás. Creativo, siempre en evolución personal y artística, pero sobre todo, un niño en el cuerpo de un adulto, al que todo le sorprende y conmueve.

¿Es cierto que para ser un buen director es necesario haber sido, al menos, actor?
Creo que es lo más conveniente. Actuar es un proceso que involucra no sólo tu exterior sino también todo lo que guardas dentro, tus sentimientos, temores, deseos. El director que conozca ese proceso creo que siempre será capaz de exprimir al máximo lo que tenga que ofrecer cualquier actor.

¿Qué le falta a nuestro país en materia de teatro, en general?
Más apoyo a nivel tanto privado como estatal.

Ahora que se aproxima el Festival Internacional de Teatro, ¿qué esperas de éste?
Una oferta variada y de calidad como en ocasiones anteriores.

¿Qué le dirías a la juventud dominicana que desea dedicarse al teatro pero ve el camino algo oscuro?
Aunque es un oficio de muchos sacrificios y los frutos sólo los recogen los que trabajan arduamente, al final nada se compara con ese intercambio de energía entre la platea y el escenario, que sólo podemos sentir nosotros y el público.

Planes futuros…
Seguir creciendo como actor a través del trabajo constante. Este fin de semana seguimos con las funciones de mi reciente trabajo como actor y productor, “El caso del corbatín sospechoso”. Además, antes de que finalice el 2014 estaré como actor en dos obras más: “Tras una puerta cerrada” y “La barca sin pescador”, bajo la dirección de Fausto Grullón y Soraya Guillén, respectivamente. 

Una meta…
Espero poder lanzar mi proyecto de televisión, el que tanto tiempo he soñado”.

En RD
El talento y el deseo de trabajar lo tenemos de sobra. No tengo la menor duda”.

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas