Sociedad obrera para los obreros

Adiferencia de muchas sociedades culturales que sus miembros fundadores eran intelectuales, la Sociedad Cultural Alianza Cibaeña fue inspirada en la clase obrera de 1844, siendo hoy día, una entidad abierta a toda la sociedad que ha hecho innumerables&#

Adiferencia de muchas sociedades culturales que sus miembros fundadores eran intelectuales, la Sociedad Cultural Alianza Cibaeña fue inspirada en la clase obrera de 1844, siendo hoy día, una entidad abierta a toda la sociedad que ha hecho innumerables aportes en sus casi 130 años de fundada.

La entidad surge a iniciativas de Eugenio Deschamps el 22 de agosto de 1844, quien – según anécdotas-, pasaba una noche por donde había un grupo de obreros reunidos, cerca de donde se celebraba una reunión, como le llamaban, de gente de sociedad, y criticaban que no podían hacer lo que hacían ellos.

“Don Eugenio, que aunque era entonces muy joven, tenía la experiencia como miembro de la Sociedad Amantes de la Luz, se detiene y les dice que ellos también podían ser de sociedad y los motiva a que se agrupen. Su primer presidente fue Onofre de Lora, quien para ese tiempo sería un albañil cualquiera, aunque después pasa a ser un gran maestro constructor, hizo la Catedral, el puente de Nibaje, y otras construcciones de iglesias en La Vega”, relata Amado Padrón, actual presidente de la directiva de la entidad cultural.

En el acta de fundación de la Alianza, hecha a puño y letra por Eugenio Deschamps, y que todavía conservan en la entidad, consta que este fungiría como secretario, mientras que como presidente fungiría Onofre de Lora.

Padrón relata que con el devenir del tiempo, la agrupación de obreros para obreros, fundó allí escuelas especializadas para capacitar a los artesanos de la época.

La fundación de la biblioteca por parte de la Sociedad Cultural Alianza Cibaeña, es prácticamente lo que le ha dado sentido y vida a la permanencia en el tiempo de la institución.

“Luego vino la evolución, la Alianza pasó de ser una sociedad de obreros a ser inyectada por intelectuales, políticos en un tiempo, ya que aquí se albergaron seguidores de Juan Isidro Jimenes en un tiempo; lógicamente en 130 años de evolución aquí ha habido de todo. El espíritu de conservar la Alianza, y ahí es donde ha estado el gran valor de la institución”, expresa con orgullo Amado Padrón.

Para Amado Padrón, el principal logro que tiene la entidad en estos 130 años es la institucionalidad. “Yo no había descubierto eso hasta que monseñor Ramón Benito de la Rosa y Carpio, después que le entregamos el premio Eugenio Deschamps, hizo un artículo y me hizo entender, y dice en sus palabras, aunque no textuales, que en un mundo tan convulsionado como el de hoy, donde las instituciones son tan perennes, tan sensibles y tan manejadas, tú poder contar con una institución con 130 años, que permanezca y que tenga los mismo principios que le dieron origen, es una gran proeza”.

Dice que han cambiado las caras de los directivos, de la gente que está allí, pero se mantiene el espíritu original, aunque lógicamente con el cambio necesario que impone los tiempos, sobre todo la tecnología.

Apego a sus raíces

De los principios que dieron origen a su fundación, la entidad conserva  mucho, porque según Padrón, la Alianza Cibaeña siempre se ha alejado de ser una sociedad elitista, y mantiene el concepto de apertura de los servicios, de las personas que la visitan. “Es una institución que ha estado abierta a toda la clase, aquí han tenido la oportunidad de nutrirse de lo que hay, los sectores más necesitados de la sociedad en general, ese ha sido el espíritu y lo es todavía”.

Transición a la tecnología

Para los finales del siglo pasado, la biblioteca de la entidad no escapó a la realidad de la mayoría de bibliotecas, que era un montón de libros viejos, y con un paso tecnológico muy dinámico, incursionó en la informática.

“Nos vimos en una situación que éramos solo un almacén de libros viejos, pero pudimos dar el paso tecnológico, para ese entonces, cuando Ramón Ventura Camejo era gobernador de Santiago, el gobierno de Taiwán le dona diez computadoras, y conseguimos que nos dieran una, realmente no sabíamos qué hacer con ella, la almacenamos durante dos o tres meses, pero se nos ocurrió que la Enciclopedia Encarta era el centro de información del momento, y colocamos una en la computadora y una impresora matricial, con ella le comenzamos a dar servicios a los estudiantes, y claro la información estaba a mano, más rápida”, precisa Padrón.

La entidad llegó a tener cuatro computadoras con cuatro impresoras, y hoy día tienen unas 16, y con el avance del tiempo tiene en la base de datos digital cerca de 40 mil libros electrónicos.

“En términos físicos tenemos unos 25 mil libros, en la biblioteca física. Hay libros que son desde los orígenes de la biblioteca misma, desde la primera edición de Iguanona, en una cajita fuerte, que estamos pensando en donarla al Archivo General de la Nación”, precisó Padrón.

Los servicios de la biblioteca tienen mucha demanda, principalmente por estudiantes universitarios que van a hacer consultas en libros especializados, y de acuerdo a las estadísticas de las personas que firman el libro de visitas, asemeja o sobrepasa al Archivo General de la Nación, aunque aquellos son lectores más especializados.

“Ahora mismo vienen más estudiantes universitarios, porque, a causa básicamente de la estrechez económica que tenemos desde el año pasado pues tenemos dos años sin subvención, hubo una caída en los servicios; las computadoras se dañaron por falta de mantenimiento; Indotel instaló aquí una sala digital, pero se olvidó que eso lleva mantenimiento y que hay que pagar las líneas de Internet, aquí prácticamente se dañó todo, se cayeron los servicios”, refirió.

Agregó que  “los estudiantes de los liceos descontinuaron la costumbre de asistir a la Alianza, y en ese periodo de relanzamiento, de reapertura de los servicios, lo que tenemos es más visita de universitarios”, informó el presidente de la entidad.

A consecuencia de la crisis económica, hace años, la entidad tenía un impasse con Edenorte, pero eso se salvó gracias a la cooperación del ayuntamiento en la gestión de José Enrique Sued, ya que en el intercambio que hay entre el ayuntamiento y la generadora incluyeron a la alianza, y se mantiene con el actual alcalde.

Atraviesa una de las peores crisis económicas

La centenaria entidad atraviesa por una de las peores crisis de su historia, ya que desde el año pasado no se le otorga la subvención del Gobierno y sobrevive gracias a los aportes de entidades privadas, como la Asociación Cibao de Ahorros y Préstamos que cada año la incluye entre los beneficiarios de sus donativos, y la Cooperativa La Altagracia que colabora en algunas actividades, así como de un empresario local, el doctor Príamo Rodríguez Castillo, que asumió el gasto de la entidad hasta tanto sea incluida de nuevo en el Presupuesto Nacional.

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