Siguiendo con el Guernica, importante es advertir que la obra cumple varias funciones, entre las más importantes: la artística y la política-social.Esta doble función la hemos querido presentar con la intención de hacer una valoración que nos permita comprender en términos estructurales una de las piezas que más han llamado la atención en lo que respecta al arte del siglo XX.
Y, en vista de que más concretamente desde las vanguardias europeas, el arte viene dado por el concepto, o lo que es lo mismo, será más relevante lo que quiera aportar ideológicamente el artista que lo académico o no que pueda resultar su trabajo, hemos querido presentar algunas valoraciones sobre el cuadro.
En cuanto a la función político-social, Picasso consigue emplear su arte como arma, logrando disparar un mensaje de una gran fuerza psicológica. De ahí que al compartir las impresiones sobre el Guernica con nuestra amiga María Luisa, ésta, a su vez, reseñó que en su rol de profesora, “un día llevaron un grupo de niños al Museo Reina Sofía, como parte del programa docente. Todos iban muy felices hasta que tuvieron su encuentro con el gran lienzo. Un silencio inundó la sala, hasta que de pronto empezaron a asomarse las lágrimas en aquellos rostros inocentes, porque, según los pequeñines, los personajes en la obra reflejaban una gran tristeza”.
En efecto, cuando decidimos conocer el cuadro, estábamos muy entusiasmados: ¡Por fin¡, veríamos el gran Guernica. Al verlo, nos impresionó, al punto de superar nuestras expectativas, pero… ciertamente nos infringió una gran tristeza. Picasso había logrado su cometido, los personajes develaban el gran dolor que supuso el bombardeo en la ciudad.
En cuanto a lo artístico, podríamos decir que se trata de una obra muy bien dispuesta, la línea es fundamental en la composición y, el mayor realce está en los juegos de luces y sombras. Se dice que Picasso quiso ponerle color al cuadro, pero es en los contrastes que se logra captar la esencia de cada plano en la escena.