Me imagino lo difícil que ha sido para el presidente de la República, Danilo Medina, mantener el equilibrio que le ha caracterizado durante sus años de gobierno, de modo que ha podido lidiar con temas tan incómodos como los derivados de la sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional y la Ley 169-14 aprobada por el Congreso de la República y el más reciente acontecimiento la promulgación del Decreto 250-14 contentivo del Reglamento para la aplicación de esa ley. Lo del equilibrio viene por encontrarse este tema en la agenda de sectores que con fervor manejan el debate en sentido contrario. La firma del decreto debe culminar una etapa de este proceso y los parámetros de la Sentencia del Tribunal Constitucional y el articulado de la Ley 169-14 son sus mejores soportes.
El mismo Ejecutivo ha dicho que con la puesta en marcha del reglamento “cumple con el compromiso de seguir avanzando en el correcto ordenamiento y documentación de todas las personas que se encuentran en el territorio de la República Dominicana, así como en la debida protección de los derechos de las personas”.
Y como ha editorializado el periódico elCaribe “El Reglamento es un simple instrumento administrativo, soporte fundamental para la aplicación del Plan de Regularización de Extranjeros que se encuentran en el país sin ningún registro o documentación. Si se lee bien la ley 169-14, el decreto No. 250-14 no tiene nada que la contravenga, lo mismo que a la sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional y mucho menos a la Constitución de la República”.
Pienso que de lo que se trata ahora es de aferrarse a estos instrumentos legales y constitucionales, cumpliendo sus mandatos, de modo que este tema, que tanta distracción le ha causado al país, pueda ser superado.
Si de algo ha servido todo este escarceo ha sido para, por fin, poner en orden la casa, porque nuestra nación no podía continuar con este desorden sin ningún tipo de control y con nuestros libros del Registro Civil invadidos por anomalías y fraudes de todo tipo. Las cosas están tomando su carril y de eso debemos sentirnos satisfechos.
