Homenaje a Robin Williams

Hollywood, hermosa meca hacedora de ídolos cinematográficos y grandes estrellas del celuloide, que con asombroso talento nos deslumbran, no obstante, el gran Hollywood fracasa en hacerlos felices. Los ejemplos sobran: Michael Jackson, Whitney Houston,&#

Hollywood, hermosa meca hacedora de ídolos cinematográficos y grandes estrellas del celuloide, que con asombroso talento nos deslumbran, no obstante, el gran Hollywood fracasa en hacerlos felices. Los ejemplos sobran: Michael Jackson, Whitney Houston, y el último, nuestro familiar y querido Robin Williams. Y no miremos hacia atrás, a una Marilyn Monroe, a Elvis Presley o a Natalie Wood.

Lamentable la inesperada muerte de Robin Williams, lamentable por su desgraciada vida, y por su propia desaparición física, pobrecito él no logró despejar las sombras que abrumaron y ensombrecieron su humana existencia.
Además de excelente actor, también fue un gran ser humano al decir de sus amigos y familiares.

A veces la vida es difícil de entender, Robin lo tenía todo, hogar, hijos, fama, fortuna, sin embargo, algo le faltaba y lo buscó en las temibles drogas que, como a tantos otros, han hundido y sepultado en una levedad existencial ante la cual sucumben inertes, fracasados, doblegados, envilecidos y humillados que jamás llenarán su vacío insondable, cuyo final es la tumba para ingresar a través de ella al ignoto territorio sin regreso.

No logró llenar su vida con nada de lo material que le ofreció el mundo. Difícil de admitir que un hombre con tanto talento no lograra ser feliz, un actor que caracterizó tantos y diferentes personajes, papeles formidables que logró encarnar para la pantalla grande: Good morning América, Good morning Vietnam, Mente indomable, Papá por siempre, Mork and Mindy, la serie de televisión en la que inició su carrera y así tantas otras.

Pudo prodigar y provocar tanta risa como payaso, y sin embargo, su interior no sabía reír, difícil de comprender. Una terrible mascarada atrapó su vida y la sepultó para siempre, aunque ya lo dice la poesía de Juan de Dios Peza, al famoso payaso inglés el Garrick: “… muchas veces llora el alma mientras el rostro ríe…”

Solo deseo que su alma remonte alto el vuelo y sea feliz. Descansa en paz admirado amigo.

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