Hay una riqueza espectacular que las trompetas del sol anuncian cada amanecer y que el brillo escandaloso de sus reflejos esconde entre sus cortinas.  Pero al avanzar con ánimo resuelto a conquistar nuevos escenarios de vida, cada paso es una conquista, cada palabra una estaca y cada victoria una experiencia.

Ganamos el privilegio de ver el rastro dorado de aquel que abrió los mares y caminó sobre ellos; el mismo que nos abre paso, nos guía y nos dice: sígueme!  
Sin Él, ¿hacía dónde? Nos anuncia hoy un camino a mejores días! Con Jesús la plenitud ilumina nuestra existencia, no necesitamos un golpe de suerte para triunfar, tan sólo su caricia para alzarnos hacia una jornada triunfal.

Hay una riqueza espectacular que las trompetas del sol anuncian cada amanecer y que el brillo escandaloso de sus reflejos esconde entre sus cortinas.  Pero al avanzar con ánimo resuelto a conquistar nuevos escenarios de vida, cada paso es una conquista, cada palabra una estaca y cada victoria una experiencia.  Ganamos el privilegio de ver el rastro dorado de aquel que abrió los mares y caminó sobre ellos; el mismo que nos abre paso, nos guía y nos dice: sígueme!  Sin Él, hacía dónde? Nos anuncia hoy un camino a mejores días! Con Jesús la plenitud ilumina nuestra existencia, no necesitamos un golpe de suerte para triunfar, tan sólo su caricia para alzarnos hacia una jornada triunfal! l