El legado de MacCormick

El escocés Neil MacCormick será recordado por las grandes contribuciones que hizo a la teoría de la argumentación jurídica moderna.

El legado de MacCormick

El escocés Neil MacCormick será recordado por las grandes contribuciones que hizo a la teoría de la argumentación jurídica moderna.

El escocés Neil MacCormick será recordado por las grandes contribuciones que hizo a la teoría de la argumentación jurídica moderna.Autor de Legal Reasoning and Legal Theory, entre otras obras, MacCormick propuso lo que algunos denominan una “teoría integradora de la argumentación jurídica”, porque a diferencia de autores como Theodor Viehweg, Chaim Perelman y Stephen Toulmin, cree posible sacar provecho de la lógica deductiva en la argumentación.

MacCormick sostuvo que, en el razonamiento y la decisión judicial, existen casos fáciles y casos difíciles. Los casos fáciles son aquellas que no presentan mayor dificultad y puede resolverlo un juez aplicando la lógica deductiva. Los casos difíciles, empero, son aquellos que le plantean al juzgador algún tipo de problema. Para este autor, ellos pueden ser problemas de relevancia, de prueba, de interpretación y de calificación.

En esta teoría la argumentación en sentido general, y la jurídica en particular, cumple básicamente con una “función justificadora”. Argumentar es dar razones que muestren que la decisión que se adopta asegura la justicia conforme al Derecho. Pero, para que una decisión judicial se considere debidamente justificada, MacCormick sostuvo que la decisión debe satisfacer los criterios de universalidad, consistencia, coherencia y adecuación de las consecuencias.

Atienza sostiene que la universalidad implica que el criterio utilizado para construir la premisa normativa o ratio decidiendi no puede ser ad hoc, «que si, por ejemplo, en el caso C la norma N se interpreta en el sentido N´, es porque esa fue también la interpretación que en el pasado se hizo de los casos análogos a C y, sobre todo, será la que, en el futuro, se seguirá haciendo cuando aparezcan nuevos casos semejantes a C».

El criterio de coherencia implica que la decisión que se adopte puede ser subsumida bajo una serie de principios y valores del ordenamiento jurídico. «La coherencia -dice MacCormick- implica una idea de ordenamiento o de sistema y presupone que el sistema se sostiene bastante bien». El criterio de consistencia implica que la decisión se basa en premisas normativas que no entran en contradicción con otras normas o principios del ordenamiento jurídico.

El último de los criterios propuestos por MacCormick es el de adecuación de las consecuencias. No basta que una decisión y la justificación o sus razones satisfagan los criterios de universalidad, coherencia y consistencia (relacionados con el sistema jurídico), sino que también debe evaluarse a partir de sus consecuencias, del nuevo estado de cosas que genera, y no solo para las partes, sino para el resto del sistema jurídico. Por eso, resulta conveniente que las consecuencias de las decisiones sean adecuadas y aceptables.

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El escocés Neil MacCormick será recordado por las grandes contribuciones que hizo a la teoría de la argumentación jurídica moderna.Autor de Legal Reasoning and Legal Theory, entre otras obras, MacCormick propuso lo que algunos denominan una “teoría integradora de la argumentación jurídica”, porque a diferencia de autores como Theodor Viehweg, Chaim Perelman y Stephen Toulmin, cree posible sacar provecho de la lógica deductiva en la argumentación.

MacCormick sostuvo que, en el razonamiento y la decisión judicial, existen casos fáciles y casos difíciles. Los casos fáciles son aquellas que no presentan mayor dificultad y puede resolverlo un juez aplicando la lógica deductiva. Los casos difíciles, empero, son aquellos que le plantean al juzgador algún tipo de problema. Para este autor, ellos pueden ser problemas de relevancia, de prueba, de interpretación y de calificación.

En esta teoría la argumentación en sentido general, y la jurídica en particular, cumple básicamente con una “función justificadora”. Argumentar es dar razones que muestren que la decisión que se adopta asegura la justicia conforme al Derecho. Pero, para que una decisión judicial se considere debidamente justificada, MacCormick sostuvo que la decisión debe satisfacer los criterios de universalidad, consistencia, coherencia y adecuación de las consecuencias.

Atienza sostiene que la universalidad implica que el criterio utilizado para construir la premisa normativa o ratio decidiendi no puede ser ad hoc, «que si, por ejemplo, en el caso C la norma N se interpreta en el sentido N´, es porque esa fue también la interpretación que en el pasado se hizo de los casos análogos a C y, sobre todo, será la que, en el futuro, se seguirá haciendo cuando aparezcan nuevos casos semejantes a C».

El criterio de coherencia implica que la decisión que se adopte puede ser subsumida bajo una serie de principios y valores del ordenamiento jurídico. «La coherencia -dice MacCormick- implica una idea de ordenamiento o de sistema y presupone que el sistema se sostiene bastante bien». El criterio de consistencia implica que la decisión se basa en premisas normativas que no entran en contradicción con otras normas o principios del ordenamiento jurídico.

El último de los criterios propuestos por MacCormick es el de adecuación de las consecuencias. No basta que una decisión y la justificación o sus razones satisfagan los criterios de universalidad, coherencia y consistencia (relacionados con el sistema jurídico), sino que también debe evaluarse a partir de sus consecuencias, del nuevo estado de cosas que genera, y no solo para las partes, sino para el resto del sistema jurídico. Por eso, resulta conveniente que las consecuencias de las decisiones sean adecuadas y aceptables.

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