El “descubridor” de la distribución de la geografía política de la isla de Haití fue Gonzalo Fernández de Oviedo, quien arribó a Santo Domingo durante el año de 1523, cuando la permanencia de la cultura aborigen ya se encontraba en fase crítica, listando los cinco cacicazgos que nuestro sistema educativo optó por inculcar, a pesar de que a su arribo a la isla ya se había producido en 1508 un informe del cosmógrafo y piloto Andrés Morales sobre el tema, por petición de Frey Nicolás de Ovando de recorrer todo el espacio isleño para informar sobre los recursos naturales. El informe de Andrés Morales también define cinco cacicazgos, pero con denominaciones ninguna coincidente con los reportados por Oviedo.
Los cacicazgos identificados por Morales antes de 1508 son Caizcimu, Caihabo, Bainoa, Guacaharima, y Huabo, que corresponden con diferencias ortográficas a los mencionados por Las Casas como Caizcimú, Cayabo, Huhabo, Bainoa, y Guacayarima.
Del mapa de distribución lingüística de la isla que los ciguayos llamaban Quisqueya (en Julian Granberry, “Languages of the Pre-Columbian Greater Antilles, 2004, p.xvi), se puede ver la distribución de las lenguas de la isla. En Marién se hablaba el neotaíno; en Maguá, el taíno clásico, el macorix de abajo, el macorix de arriba, y el ciguayo en las actuales provincias de María Trinidad Sánchez y Samaná; en Maguana solo el taíno clásico; en Higüey, taíno clásico y macorix de arriba; en Xaraguá se hablaba taíno clásico, neotaíno en la isla de Gonave, en la parte noroeste del cacicazgo y en la punta suroeste de la península de Xaraguá, mientras el macorix de abajo era lengua de la mayor parte de las actuales provincias de Barahona y Baoruco.
Se ha producido un buen número de ensayos, estudios y escritos en periódicos diarios de papel y digitales desde 1508 cuando por primera parte de la verdad salió a flote, pero nuestras autoridades educativas nada han hecho para que nuestros infantes y adolescentes permanezcan sin internalizar mitos y fantasías como verdades históricas.
Siempre es buen momento para conocer la verdad, y propiciarla es también siempre oportuno. A nivel privado haré cuanto pueda en éste y en otros mitos de nuestra historia para que cese la internalización de falsedades. La verdad tiene que florecer.
Las Casas habla de 45 provincias en la isla Española, lo que implica la existencia de 40 provincias subalternas a las provincias que dieron sus nombres a Cacicazgos, y esa gran cantidad de provincias debe suponer una mayor población que la aceptada por los historiadores.