Nymphomaniac Volumen 2

De contenido sexual explícito, esta segunda parte es apenas una división para su exhibición comercial, por tanto tiende a crear expectativas falsas en el espectador. Ver ambas partes unidas tiene mayor sentido, aunque tenga una duración total…

De contenido sexual explícito, esta segunda parte es apenas una división para su exhibición comercial, por tanto tiende a crear expectativas falsas en el espectador. Ver ambas partes unidas tiene mayor sentido, aunque tenga una duración total de 4 horas y minutos. Para los cinéfilos que siguen a este cineasta danés provocador, pueden conferir que el filme es parte de conjunto -trilogía de la depresión- que inicia con “Anticristo”, 2009. En este, en su estrategia narrativa, el autor se suma al rescate del ‘softcore’, un tipo de subgénero cinematográfico, para abordar temas de sexualidad en la conducta burguesa  (el softcore tiene obras representativas de Emmanuelle Arsan, Phil Leirnes, Max Pecas y otros menos interesantes para los estudiosos de este subgénero). Esa división del filme tiende a facilitar una lectura maniquea y al mismo tiempo reduce su impacto -por momentos- a una mera exposición de un filme erótico: deja de lado la marcación sobre la exclusión social y cultural de la mujer con tendencia a igual hambre de sexo que el hombre.

El filme tiende, por arribita, a marcar fuerte competición entre razón y deseo, entre motivación al placer de actividades alejadas del sexo y las que excitan a individuos a una compulsión infinita de placer sexual por el sexo mismo. La mujer “adicta al sexo” y el hombre “adicto al placer de la lectura”. Esa es la estrategia que se usa en el filme para poder captar el desarrollo de su historia y de sus tramas. Si en Nymphomaniac Vol. 1, las metáforas usadas persiguen limitar el deseo, en esta ‘segunda parte’ somos dirigidos a apreciar las consecuencias de ese esgrima. En el fondo, es un filme que muestra al individuo y sus íntimos deseos opuestos a dispositivos sociales que tienden a coartar sus arranques y apetitos carnales. Es el juicio enfrentado a la carne. Pero no es hasta llegar a la segunda hora de este filme que entramos a un viraje dramático sorpresivo que nos ilustra que existe una moral que coarta al individuo en cualquier deseo o querer, dilatando su condición individual y oprimiéndole, donde cuya sola salida es la muerte de quien oprime. Es, por tanto, una loa al impulso de impugnar toda y cualquier moral castradora y tiránica.

HHH Guión y dirección : Lars Von Trier  Género: Drama. Duración: 124 minutos

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