La credibilidad del Banco Central

El mundo estaba al borde de una Segunda Gran Depresión. Meses atrás, el Gobierno norteamericano había tomado la decisión de dejar caer al cuarto banco de inversión más grande de EUA. La crisis financiera internacional que se destapó en el 2008,&#82

El mundo estaba al borde de una Segunda Gran Depresión. Meses atrás, el Gobierno norteamericano había tomado la decisión de dejar caer al cuarto banco de inversión más grande de EUA. La crisis financiera internacional que se destapó en el 2008, creó un ambiente muy sombrío e incierto sobre la economía mundial. Los mercados y bolsas de valores colapsaron, produciéndose una pérdida de riqueza financiera sin precedentes. Como era previsible, los consumidores y los inversionistas adoptaron una pose muy conservadora, contrayéndose el consumo y evaporándose las decisiones de inversión. Todas las economías del mundo sintieron el impacto en el 2009. En Europa, el PIB cayó en todos los países. En América Latina, el crecimiento negativo del PIB fue generalizado.

Sorpresivamente, una de las economías más abiertas de la región y más propensas a sentir los choques externos, salió ilesa. Mientras América Latina y el Caribe decreció en 1.9%, nosotros, según el Banco Central (BC), crecimos 3.5%. Las exportaciones dominicanas cayeron en 18.7%, las importaciones en 26.7%, la inversión extranjera en 24.6%, las remesas en 5.6%, los ingresos del turismo en 2.8%, los ingresos fiscales (excluyendo desembolsos de préstamos y donaciones) en 8.4% y las ventas totales de la economía, en términos reales, en 7.4%.  A pesar de que todo cayó, el BC sorprendió al país, a la CEPAL, al FMI, y toda la comunidad financiera internacional cuando anunció el crecimiento de 3.5% del PIB real. 

No sabemos cuantos sintieron ese crecimiento. Mucho menos, cuantos lo creyeron. Lo que sí sabemos es que 5 años después, el BC ha modificado el año base de medición para tener en cuenta los cambios que ha evidenciado la economía dominicana, dando como resultado lo siguiente: el PIB en el 2009 no creció 3.5%; apenas creció 0.9%, cuatro veces menos que el insólito estimado que se ofreció inicialmente. El crecimiento nulo y probablemente negativo del PIB en el 2009 no fue culpa del Gobierno ni del BC. Fue el resultado de la Gran Recesión que afectó al mundo en ese año.

Uno se siente tentado a felicitar al BC por la honestidad que ha mostrado al corregir un dato que no tenía nada que ver con lo que evidenció la economía dominicana en el 2009. La tentación, sin embargo, se va desvaneciendo cuando observamos las correcciones que introduce el BC en los estimados de crecimiento a partir del 2011.

El crecimiento del PIB en el 2011, que inicialmente había sido estimado en 4.5%, ahora es rebajado a 2.9%. Esa corrección tiene lugar a pesar de que las ventas reales crecieron 5.7% en ese año. Pero más sorprendente aún es la corrección a la baja que tiene lugar en el caso del 2012.  En ese año, el BC había estimado que el crecimiento del PIB había sido de 3.9%.  Ahora, con el cambio del año base, el crecimiento ha sido reducido a 2.7%. La rebaja en el crecimiento del PIB en el 2012, sorprendentemente, tiene lugar a pesar de que las ventas reales en ese año aumentaron en 12.0%. El ajuste a la baja en el crecimiento del PIB en el 2012 resulta sencillamente inconcebible. Estaría implicando que mientras mayor sea el crecimiento de las ventas en términos reales menor es el crecimiento del PIB. El ajuste realizado por el BC en los años 2011 y 2012 parecen responder, por tanto, a factores no económicos.

Las sorpresas no se detienen ahí. Tomemos el ajuste que hace el BC al crecimiento del PIB en los años 2013 y 2014.  Todo el mundo reconoce el extraordinario ajuste fiscal realizado por el Gobierno en el 2013, producto en gran parte de la reducción de 38% en la inversión pública y en menor parte, el aumento de las recaudaciones generado por la reforma tributaria que entró en vigencia a principios del 2013.  Debido a ese fuerte ajuste fiscal, las ventas en términos reales apenas subieron en 1.4%. Sin embargo, el PIB, que según la nueva estimación del BC apenas creció 2.7% en el 2012 a pesar del aumento de 97% en la inversión pública que tuvo lugar en ese año, se dispara en el 2013 a 4.6%. En otras palabras, República Dominicana, con las nuevas estimaciones del BC, acaba de dar una lección a todo el mundo: los ajustes fiscales pueden disparar el crecimiento económico. ¡Fiesta en el CREES! El BC, con su nuevas estimaciones del PIB, acaba de darle el mayor de los respaldos al Proyecto de Ley de Responsabilidad Fiscal.

Para el primer semestre del 2014 el BC había estimado preliminarmente un crecimiento del PIB de 5.2%. Cambió el año base y el crecimiento saltó a 7.2%, un 38% más alto que el crecimiento de 4.5% que tuvo lugar en las ventas reales. Mas sorprendente aún. En el segundo trimestre del 2014, el PIB creció en 6.7% a pesar de que las ventas reales apenas crecieron 0.2%.

El BC, con sus nuevas estimaciones, ha demostrado lo errado que estaba el FMI cuando en el 2009, abrazado a la teoría keynesiana, sugirió una política fiscal expansiva para enfrentar el ciclo recesivo que importaríamos del exterior.
¿Porqué? Porque las nuevas estimaciones del crecimiento del PIB que ha dado a conocer el BC revelan que en los años en que el Gobierno ha impulsado más la economía a través de aumentos en el gasto público y el déficit fiscal, menor ha sido el crecimiento del PIB.  No debería haber ningún temor en seguir recortando el gasto, pues mientras mayor sea el recorte, mayor será el crecimiento del PIB que emanará de las Cuentas Nacionales que calcula el BC.

Los bruscos cambios en el crecimiento del PIB que ahora estima el BC con relación a las estimaciones previas, podrían generar incertidumbre en los mercados financieros internacionales, los bancos de inversión, los tenedores de bonos y las firmas calificadoras de riesgo. No olvidemos que a todos ellos les hemos dado cifras, plasmadas en los Memoranda de Oferta de bonos, que ahora son muy diferentes. ¿Podemos esperar que los mercados crean que estamos creciendo hoy en 7.2% cuando ahora reconocemos que el crecimiento del 2009 estaba inflado en 289%?

Hay que proteger y defender la credibilidad del BC.  Un BC creíble es una condición necesaria, aunque no suficiente, para promover el crecimiento económico verdadero con estabilidad. Nada contribuiría más a mantener la credibilidad del BC que liberarlo de la responsabilidad de calcular las Cuentas Nacionales, el empleo y la inflación. Convirtamos la ONE en un verdadero Instituto Nacional de Estadísticas y transfiramos a éste responsabilidades que hoy ejerce el BC y que sin lugar dudas, atentan contra la credibilidad que debe exhibir.

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