Los trabajadores de Bonao y el Consejo Nacional de la Unidad Sindical (CNUS) no están de acuerdo con declarar Loma Miranda como parque nacional. Igual los comerciantes y la mayoría de entes productivos de Monseñor Nouel.
La izquierda ecológica, porque ahora es esa la tendencia, lo mismo que importantes estamentos de la Iglesia Católica y el movimiento social, apoyan que esa loma sea convertida en parque.
Los legisladores, mayoritariamente, se pronunciaron en esa dirección, y aprobaron la ley. Ayer, el empresariado de la República, en un comunicado que firman la mayoría de las asociaciones y entes económicos bajo la sombrilla del Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep), pidió al Poder Ejecutivo que no promulgue la ley.
Pelegrín Castillo, ministro de Energía y Minas, y dirigente de la Fuerza Nacional Progresista, advirtió sobre las implicaciones que tendría la decisión en términos monetarios, toda vez que habría que compensar a la Glencore-Xstrata, al margen de observar que la declaración de nuevas áreas protegidas, parques nacionales, deben contar con estudios científicos multidisciplinarios de credibilidad nacional e internacional. Legisladores del PLD lo llamaron antipatriota. El PRSC avivó su nacionalismo y apoyó la ley.
Si se observa cómo las cámaras aprobaron el nuevo parque, es muy sencillo advertir que actuaron bajo una motivación política. El propósito no está muy claro. El elemento más interesante es que ya el país está a menos de dos años de las elecciones.
Tememos que el Congreso ha obrado bajo presión social y política, al margen de los descensos de conocimiento que hicieron algunos de sus miembros en la loma.
Loma Miranda puede ser o no explotada. Falcondo tiene en su histórico un mal desempeño como remediadora. Todavía están ahí los cráteres dejados por explotaciones de hace más de 20 años. La recuperación que ha realizado no llena las exigencias medioambientales. El Ministerio de Medio Ambiente cuestiona agriamente su desempeño en esa materia.
Pero tememos que el Estado esté actuando bajo presión. No sabemos si requerirá de algo más de tiempo para proceder bien.
La racionalidad y la prudencia son compatibles con el interés nacional.
