Como dijimos ya, el comportamiento sexual a la edad avanzada es algo complejo, no por la edad en sí, sino por los prejuicios que se han acumulado en la juventud tanto en el orden personal como social. Un ejemplo: los conflictos familiares y los escándalos sociales que generó la decisión de Cayetana, la Duquesa de Alba, quien se siente joven a su manera, cuando ella impuso su derecho y su deseo de casarse por tercera vez, a la edad de 85 años.
El instinto sexual es difícil de evaluar porque es algo que la persona guarda como inviolable secreto. El libido, que es la intensidad con que se experimenta el deseo sexual puede conservarse hasta avanzada edad. Gebhard encontró que 3 de cada 4 hombres mayores de 65 años, y la mitad de los hombres de 75 años son potentes. El Dr. Kinsey, en 1953, demostró que la mitad de las personas de 60 y 80 años tenían una actividad sexual normal, aunque menos frecuente. Hay un mito: que a partir del climaterio y la menopausia hay una declinación sexual en la mujer, pero los estudios muestran que las alteraciones hormonales no afectan el comportamiento sexual de la mujer. Kinsey, en 1953, citó casos de mujeres capaces de tener orgasmo a los 90 años.
Los cambios del sistema hormonal, las secuelas de naturaleza biológica, las patologías crónicas, psicológicas y sociales y el consumo de fármacos pueden modificar el comportamiento sexual. La pérdida de la pareja es un factor determinante del cese de la actividad sexual en esta etapa de la vida. La disfunción sexual, en el hombre y la mujer, por lo general, no es debida a la edad en sí, sino el resultado de alguna enfermedad o condición concomitante.
