Las señales que ha enviado Danilo Medina hasta el momento indican que no se la piensa jugar con el tema de la reelección presidencial. Aún con su altísima aprobación en la sociedad y el dominio creciente en las estructuras del PLD, no parece que vaya a forzar el mingo propiciando una reforma a la Constitución. Pero como estratega político, tampoco puede desperdiciar esos números, sobre todo porque no serán eternos. En el futuro inmediato, son muchos los espacios de poder que puede conquistar Medina. El 2020 aún está muy lejos, y el escenario político puede cambiar. No se pueden meter en un “congelador” los numeritos, como se hace a veces con los precios de los combustibles…
Las cuotas
Si los vientos siguen acercando a Leonel Fernández hacia la candidatura presidencial, lo más lógico es que Medina busque el equilibrio, asegurándose desde ahora importantes cuotas de poder, en el PLD, y en un eventual gobierno peledeísta. La presidencia del partido, por ejemplo. La reestructuración ha sido aplazada, pero se supone que debe materializarse en el 2016. La lógica dice que a un Medina expresidente le tocaría el cargo, aunque no se sabe si a él le interesa. Ya tiene el control de los principales organismos, y donde no predomina, empata con Fernández. La selección de candidatos a cargos legislativos y municipales es otra oportunidad para que el danilismo se siga expandiendo.
La jugada
Otra opción que tampoco se descarta es que Medina apoye, aunque no sea abiertamente, a uno de los aspirantes presidenciales que están en la calle. Se insiste en que el hombre es Reinaldo Pared Pérez, aunque al oír los discursos de los cuatro, resulta que todos hablan como danilistas…
