Deformidades en niños especiales pueden corregirse

Si todas las familias de niños discapacitados supieran que existen médicos capaces de corregir las deformidades físicas de su hijo, posiblemente acudirían a ellos.

Si todas las familias de niños discapacitados supieran que existen médicos capaces de corregir las deformidades físicas de su hijo, posiblemente acudirían a ellos. Pero es precisamente la falta de conocimiento una de las causas que impiden el acceso a estos especialistas, llamados neuroortopedas.

Pedro Manuel Pérez Pimentel es uno de los cinco neuroortopedas que existen en el país. Este médico explica que los padecimientos congénitos que él atiende son más frecuentes en las familias pobres, “por el mal manejo y los pocos recursos que tienen los hospitales del país”, pues son condiciones ligadas a la asistencia inicial del feto, de la embarazada o la hipoxia perinatal (falta de oxígeno a criatura al nacer).

El neuroortopeda es el médico encargado de realizar tratamiento preventivo y correctivo de las dolencias neurológicas que producen secuelas en el aparato músculo-esquelético. Sus pacientes más comunes tienen deformidades en las caderas, rodillas, piernas y pies y han padecido accidentes cerebrovasculares, o tienen algún retraso motor, miopatías -enfermedades musculares-, deformidades torsionales de las caderas y tibias y mielomeningocele -cuando la columna vertebral no se forma correctamente.

Los niños con retraso motor y espasticidad tienen la desventaja del crecimiento, subraya el médico. “Al crecer sus músculos aplican fuerzan inadecuadas y producen a mediano y largo plazo deformidades óseas y acortamientos musculares. Una evolución fatídica, si no se aplica el tratamiento adecuado, es que los niños dejen de caminar a sus 10 años o antes”, señala el médico que brinda sus servicios en la clínica Dr. Bonilla y el Hospital Metropolitano de Santiago (Homs).

Costos y recomendaciones

“Estos pacientes necesitan atención especializada y una intervención multidisciplinaria de neuroortopedas, pediatras, neurólogos, fisiatras, psicólogos y fisioterapeutas. Estamos hablando de tratamientos a costos muy elevado”, subraya el especialista.

Estas cirugías correctivas son cubiertas en el plan básico de salud, según el especialista. “Cabe destacar que es mejor tener un plan básico y un complementario ya que la cobertura es mejor. Nunca tengan un seguro privado solamente, ya que es muy limitada la cobertura… Siempre utilicen privado más plan básico”, recomienda Pérez Pimentel.

La intervención familiar

Las cirugías que involucran a un neuro-ortopeda son delicadas. La recuperación de un niño puede tardar de seis a nueve meses y todo depende de la complejidad del caso. “Tratamos de hacer todas las correcciones en un solo tiempo y así evitar celebrarle al niño cada cumpleaños con una cirugía”, explica el neuro-ortopeda.“Nosotros como médicos tenemos que orientar a las familias y aclararles que estas son enfermedades a largo plazo y la recuperación de esos niños depende mucho de sus padres, de su integración y aceptación”.

Opinión

Pedro Manuel Pérez Pimentel
Neuroortopeda y traumatólogo
“Muchas veces por desconocimiento, los candidatos a estos procedimientos no acceden al servicio especializado o son manejados por otros colegas que no tiene el entrenamiento que estos casos ameritan. Una consecuencia fatal es que pueden empeorar su condición después de haber sometido al paciente a una serie de tratamientos”.

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