Una vez más

En nuestro artículo anterior indicamos que uno de los aspectos resaltantes en las nuevas cuentas nacionales construidas por el Banco Central (BC), es el cambio en la estructura interna del PIB medido por el lado del gasto.El nivel del…

En nuestro artículo anterior indicamos que uno de los aspectos resaltantes en las nuevas cuentas nacionales construidas por el Banco Central (BC), es el cambio en la estructura interna del PIB medido por el lado del gasto.

El nivel del consumo privado cae de manera significativa con relación a las cifras anteriores del BC.  Las caídas en el nivel del consumo, medido en millones de pesos a precios corrientes, oscilan entre 8.9% y 12.2%. En el 2013, por ejemplo, el consumo fue RD$234,957 millones menos que el nivel publicado anteriormente por el BC.

La participación del consumo privado en el PIB muestra una baja entre 9.8 y 14.4 puntos porcentuales del PIB con relación a los niveles previamente publicados por el BC. Se había indicado que en el 2008 el consumo privado representó el 87.4% del PIB; ahora se afirma que el nivel correcto fue 73.4%. Somos menos consumidores que lo que revelaban las cuentas nacionales anteriores.

Con la inversión bruta total o formación bruta de capital se da el fenómeno contrario. Las nuevas cuentas nacionales revelan que la inversión, en millones de pesos corrientes, fue entre 49.0% y 72.8% más elevada que la registrada por las cuentas nacionales anteriores.  En el año 2011 se había dicho que la inversión había sido de RD$348,270 millones.  Ahora se rectifica el dato cuando se publica que la misma ascendió a RD$577,998 millones, para un aumento de RD$229,728 millones.

Como porcentaje del PIB, las cuentas nacionales anteriores indicaban que durante el período 2007-2013, la inversión había oscilado entre 14.6% y 18.9% del PIB. Ahora los datos se corrigen para mostrar que en realidad, la inversión representó entre el 22.3% y el 30.1% del PIB.

Somos más inversionistas que lo que revelaban las cuentas nacionales anteriores. Incluso, más que los chilenos.  En los años comprendidos entre el 2008 y el 2013, se tiene que la inversión en República Dominicana,  como porcentaje del PIB, fue en promedio mayor que la registrada en Chile. 

Este es un resultado que llama la atención pues siempre se ha indicado que para motorizar un mayor crecimiento económico, necesitamos aumentar la  inversión, y que eso lo podemos lograr realizando las reformas estructurales pendientes y profundizando las anteriores.  Ahora vemos que ese planteamiento deberá ser llevado al museo de las frases cohetes de los economistas pues, con menos reformas estructurales que las realizadas en Chile, nuestra economía registra niveles de inversión mayores que los verificados en la más moderna de las economías de la región.

El BC no ha dado muchos detalles sobre los factores que están detrás de estos cambios pronunciados en las cuentas nacionales.  Es obvio que dado que los mismos tienen lugar en las cuentas a precios corrientes, el factor detonante de los mismos no puede ser el cambio del año de referencia.

El BC ha dicho que “en cuanto a la demanda agregada, vale decir, la suma del consumo, inversión pública y privada y exportaciones netas, se verificó una importante redistribución de las ponderaciones entre los diferentes componentes. El consumo privado que en 1991 representaba el 83.0% del PIB, bajo la nueva compilación de referencia en el año 2007 representa un 70.7% del PIB, mientras que la formación bruta de capital (inversión) pasó de ponderar 16.7% en 1991 a 28.4% en 2007. Este cambio de composición, además de estar en línea con los resultados de países similares al nuestro en la región, resulta mucho más consistente con la evolución macroeconómica de la República Dominicana en las últimas décadas.”

Consideramos que el BC debería explicar cuáles fueron las inversiones que no estaban recogidas en las cuentas nacionales anteriores y que ahora ha incorporado.  No creemos que el BC deba justificar las nuevas ponderaciones que resultan en las nuevas cuentas nacionales bajo el argumento de que las mismas están “en línea con los resultados de países similares al nuestro en la región”, pues podría darse la impresión de que el BC tomó los niveles de las ponderaciones en otros países similares, los importó e introdujo para estimar la descomposición del PIB por el lado del gasto.

Es cierto que las cuentas nacionales anteriores presentaban resultados absurdos. La razón incremental capital-producto (ICOR), que nos dice cuántos pesos debe la economía invertir para generar un aumento de un peso en el PIB, era anormalmente baja en las cuentas nacionales anteriores (entre 1.36 y 2.43), reflejando que la economía dominicana era una de las más eficientes del mundo. O la inversión estaba subestimada o el aumento del PIB sobre-estimado.

Con las nuevas cuentas, la ICOR hace más sentido (entre 2.12 y 5.71), aunque resalta de nuevo que durante el 2009-2013, el peso dominicano invertido en RD generó más PIB que el peso chileno invertido en Chile.

Finalmente, exceptuando los años 2008, 2012 y 2013, el nivel de consumo más las exportaciones de bienes y servicios que revelan las nuevas cuentas nacionales está muy por encima de las ventas totales  registradas de la DGII. Una diferencia de 1 ó 2% parece razonable, pero diferencias del orden del 10% ameritarían una revisión. l

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