“Comparo mi exaltación a cuando me gradué en la UASD”

José Joaquín Puello es un hombre de visión y con aspiraciones de seguir por más. Con una larga hoja de vida deportiva, que data desde principios de los años 70, Puello ha podido cargar en sus hombros la responsabilidad de montaje de importantes&#8230

José Joaquín Puello es un hombre de visión y con aspiraciones de seguir por más. Con una larga hoja de vida deportiva, que data desde principios de los años 70, Puello ha podido cargar en sus hombros la responsabilidad de montaje de importantes eventos, entre estos, Juegos Centroamericanos y Panamericanos bajo el mando de la presidencia de la Organización Deportiva Centroamericana y del Caribe (Odecabe). Recientemente, el presidente Ad Vitam del Comité Olímpico Dominicano, fue seleccionado para ser exaltado al Pabellón del Deporte Dominicano el próximo 19 de octubre, distinción que “lo agarró de sorpresa”. “No esperaba tal homenaje. Cuando me dan la noticia no entendía al principio de que se trataba. Es una gran satisfacción. Comparo mi exaltación a cuando me gradué en la UASD. Es como tú graduarte de algo”, dijo.

¿En qué año comienza a incursionar en el deporte?
En 1972 comienzo a dar mis pasos en el deporte organizado. Para ese entonces estábamos inmersos en la preparación de los Juegos Centroamericanos y del Caribe. Había una gran efervescencia, sobre todo con lo que tenía que ver con las instalaciones deportivas, que se ubicaban en el Centro Olímpico.

¿Quién lo lleva?
Me llevan de las manos dos médicos: Emil Kasse Acta y Aldo Russo.

¿Qué recuerda de esos Juegos?
Aquello fue un hito a nivel nacional por muchas cosas, sobre todo porque el país montaba un evento de esa categoría, además de las instalaciones deportivas de calidad que para ese entonces se construyeron. Es a partir de ahí que inicio mi carrera deportiva. Ya para el 1975, incursiono en el atletismo como presidente de la asociación de esa disciplina en el Distrito Nacional. Fundo el Club de la Salud, que se ubicaba en el Centro Olímpico, que después se convierte en una fuerza poderosa, trasladándose a lo que hoy le llaman la avenida de la Salud, ubicada en el Mirador Sur.

¿Después cuáles fueron los siguientes pasos?
Para ese entonces entro como vocal al Comité Olímpico Dominicano de manos de Roque Napoleón Muñoz, momentos en que se acercaba la celebración de los Juegos Olímpicos de Montreal en 1976. Viajo a estos juegos como médico junto a Aldo Russo. Allí, recuerdo que compartí habitación con Aldo, Virgilio Travieso Soto y Enrique Ripley Marín, dos leyendas del deporte dominicano para ese entonces.

¿En qué juegos se comienza a visualizar que el país comienza a desarrollar su talento a nivel internacional?
En los de Medellín, Colombia, en 1976. Para ese entonces comenzábamos a correr a pasos firme por uno de los carriles hacia el éxito.

¿Qué pasó en los Juegos de Moscú de 1980?
Para esos juegos había un conflicto serio entre los bloques socialistas y capitalistas, originándose un boicot. Recuerdo que el presidente Antonio Guzmán decide, a pesar de la presión ejercida por los Estados Unidos para que los comités olímpicos de Occidente no fueran a Moscú, toma una decisión que la catalogué de salomónica, que era que el Comité Olímpico Dominicano decidiera, pero sin el respaldo económico del gobierno. En ese predicamento surge la figura del profesor Juan Bosch, quien a través de un eslogan “Con tu aporte ayudas al deporte”, creado por Milton Peláez, los cuadros peledeístas se van a las calles con alcancías a recolectar dinero para la compra de los uniformes para ir a Moscú. Por otro lado,  Fidel Castro lleva a la delegación totalmente gratis a los Juegos. Todo eso sucedió gracias a la generosidad del profesor Juan Bosch.

Los abrigos que utilizaron los atletas fueron proporcionados por el Ejército Dominicano. En los abrigos, donde decía Ejército Dominicano se lo quitamos y a su vez les colocamos el escudo de la bandera dominicana.

¿Cuántos atletas conformaban la delegación?
Unos 20 y algo.

¿Cuánto se reunió?
Para la época no era mucho dinero. Se llegó a recolectar unos 25 mil dólares. El dólar estaba a la par con el peso dominicano.

¿En qué año es elegido presidente del Comité Olímpico Dominicano?
Para los Juegos Centroamericanos y del Caribe de la Habana, en 1982, es que se comienza a estructurar la campaña electoral del Comité Olímpico Dominicano. Apenas regresamos de Cuba, soy posicionado como presidente del Comité, cargo que repetí mediante elecciones hasta el 2004 de manera ininterrumpida. En 1986 montó los Juegos Centroamericanos y del Caribe Santiago 86. Fueron unos excelentes juegos. También, a finales de 1986 fui electo presidente de la Organización Deportiva Centroamericana y del Caribe, cargo que ocupé por cuatro períodos consecutivos.

¿Son los Juegos Panamericanos de 2003 su obra cumbre?
Sí. Fue mi gran legado. En el deporte hay algo que mucha gente no entiende. El deporte es como una carrera militar, que el que es sargento quiere ser teniente y el teniente capitán y el capitán mayor y así sucesivamente. En el deporte es igual. Los países, a medidas que van avanzando, necesitan de grandes eventos para dar saltos, pero no saltos a lo loco, sino saltos cualitativos y no hay ninguna duda de que esa idea que tuvimos un grupo de hombres como Nelly Manuel Doñé, Luis Elpidio Cumba, Luis Mejía, entre otros, de montar los Panamericanos en el país, era precisamente eso. Desgraciadamente formaba parte de un concepto de desarrollo deportivo que no pudimos llenar los vacíos y que al día de hoy tampoco lo hemos llenado. Ejemplo de eso es que aún no tenemos en el país una verdadera escuela permanente de talento deportivo como la tiene Alemania, Rusia, Inglaterra, España, Francia, Japón, China.
Tampoco hemos podido llenar el gran vacío del deporte escolar, que es la base del deporte dominicano. En Estados Unidos no hay Ministerio de Deporte porque no lo necesitan ya que la base del deporte está en las escuelas. No hay ninguna duda de que esos juegos serán recordados porque a partir de ahí, como en 1974, comenzó el despegue de varias disciplinas entre los atletas dominicanos.

Usted no está en la dirigencia deportiva, pero se mantiene al día
Sí. El deporte es como la medicina, que todos los días hay algo nuevo.

Y sobre la inversión que hace el estado al deporte.
José Joaquín Puello entiende que de cada cien pesos que se destina, 90 deben de ir a la política deportiva del Estado y 10 para el deporte de alta competencia. Esa debe ser la relación.

Sobre la relación Ministerio de Deportes y el Comité Olímpico Dominicano, ¿cómo la ve?
Enfrentar al Ministerio y al comité es un absurdo. Eso significa en términos prácticos un atraso, porque de alguna manera tenemos que encontrarnos, tenemos que seguir hacia adelante.

¿Cómo pudo usted lidiar con varios presidentes dominicanos durante su gestión al frente del Comité Olímpico?
Desde la época de Joaquín Balaguer hasta la del presidente Danilo Medina, con todos ellos fue muy buena. No me puedo quejar. Todos ellos, en su debido momento, me dieron apoyo y además de eso estuvieron al tanto de lo que hacía en el Comité.

¿Se considera un soñador?
No.

¿En la parte familiar cómo usted saca el tiempo para estar junto a ellos?
No es fácil, porque el tener una profesión de cirujano y al mismo tiempo ser dirigente olímpico significó muchas horas de sacrificios para la familia. Ellos tienen que entender que cuando uno entra en una responsabilidad de esta envergadura, alguien va a tener que ceder y desgraciadamente en la mayor parte de los casos, la que primero cede es la familia, los hijos, la esposa, los nietos. Si uno no tiene una familia comprensiva se le hace bastante cuesta arriba.

¿Qué nos puede decir de su exaltación al Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano?
Llegó como una sorpresa. No esperaba tal homenaje. Cuando me dan la noticia no entendía al principio de qué se trataba. Es una gran satisfacción. Comparo mi exaltación a cuando me gradué en la UASD. Es como tú graduarte de algo. Esa fue la sensación que tuve.

Dice que no es enemigo de Mario Vásquez Raña

Mucho fue lo que se habló de la diferencia que hubo entre José Joaquín Puello y Mario Vásquez Raña por el montaje de los Juegos Panamericanos de 2003 en Santo Domingo. “Enemistad no hay”, dijo Puello. “Fuimos adversarios en los Juegos de 2003. Él (Vásquez Raña) entendía que la República Dominicana no tenía la capacidad para montar unos Juegos Centroamericanos, pero la realidad le dio en la cara. Hizo lo indecible para que nos quitaran la sede. Para ese entonces contamos con el apoyo de dos importantes, uno en la persona de Leonel Fernández y Diandino Peña, y el otro en el entonces presidente de la República Hipólito Mejía y Miguel Vargas Maldonado. Esas dos columnas fueron las que sostuvieron los juegos, que se montaron con mucho éxito”, recordó.

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